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Los candidatos a organizar el Mundial de fútbol de 2018 coincidieron este jueves en dar mucho peso durante la defensa de su proyecto a la experiencia, tanto a la ausencia de ella, y por tanto a la deuda pendiente, como a la capacidad probada de albergar estos eventos.
Las candidaturas de Rusia y la conjunta de Holanda y Bélgica utulizaron en sus presentaciones un mapa de Europa con sus naciones como las únicas que aún no han organizado un Mundial, mientras que los aspirantes Ibérico (España y Portugal) e inglés ensalzando su probada experiencia en la organización de eventos deportivos.
Frases clásicas en estas presentaciones como "estamos convencidos de que podemos organizar el mejor Mundial de la historia", en boca de Gilberto Madaíl, Presidente de la Federación Portuguesa de Fútbol, o "podemos organizar el Mundial más espectacular de la historia", del primer ministro británico, David Cameron, no faltaron en esta jornada de exposición de proyectos para el Mundial de 2018.
Deseos de inscribir el nombre en la historia
Pero más allá de los tópicos, la principal baza que utilizaron cada uno de los aspirantes para la captación del voto de los 22 miembros del Cmité Ejecutivo de la Fifa son su experiencia en estos acontecimientos, o las cuentas pendientes en lugares donde nunca se ha disputado el campeonato.
Por ejemplo, la delegación de la candidatura rusa dijo que el país es "el que más se lo merece porque nunca ha organizado un Mundial", según proclamaron en Zúrich su viceprimer ministro, Igor Shuvalov.
El arma geopolítica también se utilizaron en la candidatura de Bélgica y Holanda, ya que Ruud Gullit, Johan Cruyff y Jean-Marie Pfaff defendieron la organización de "un mundial compacto en el corazón de Europa".
Rusia compartió su inclinación por esta táctica, y se presentó como un país "nuevo", que sigue siendo puente entre Oriente y Occidente, y con un potencial aún por explotar que alcanzaría su máximo nivel en caso de acoger el Mundial de Fútbol 2018.
Los argumentos de España y Portugal
Del mismo modo, la candidatura Ibérica puso énfasis en sus virtudes geográficas y culturales, que "se dirige en particular a los 600 millones de personas que hablan español o portugués", de acuerdo con el presidente del Gobierno luso, José Sócrates.
El activo del legado tras la organización de un Mundial fue otro de los argumentos esgrimidos por los aspirantes, pues por ejemplo, según el jugador inglés David Beckham, el evento en su país "puede dejar beneficios que se sentirían durante varias generaciones".
Y de esta misma estrategia se hizo partícipe la candidatura belga y holandesa en la intervención de Gullit, que subrayó que el "limitado tamaño es bueno para aficionados y jugadores". "Somos verdes, el poder económico de nuestro país es muy elevado y queremos dejar atrás un legado".
Bckham apeló al factor emocional al recordar el fallecimiento de su abuelo esta semana. "Mi abuelo estaría hoy orgulloso de mi y yo quiero hacer algo para que mis nietos estén también orgullosos de mi dentro de unos años", dijo sobre su papel en la candidatura.
Desde la delegación rusa, el viceprimer ministro recordó el tormentoso pasado de su país en el siglo XX, en el que han pasado "por todas las dificultades" pero las superaron.
En el caso de la Candidatura Ibérica, su director, Miguel Ángel López, ha proclamado que "el fútbol y las pasiones" que promueve son el 'leit-motiv' de su proyecto.