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A las masacres perpetradas el pasado domingo y refrendadas el lunes con un atentado terrorista contra la terminal de transporte de Abuya, capital de Nigeria, con alrededor de 200 muertos según medios locales, el grupo Boko Haram continuó con su accionar criminal secuestrando a más de 200 niñas, estudiantes de un colegio oficial.
Versiones de testigos del secuestro múltiple difundidas por medios nigerianos, afirman que la noche del lunes, el mismo día del atentado contra la terminal, incursionaron en el colegio oficial, del estado de Borno, varios comandos con armamento automático de largo alcance, asaltaron la institución, sacaron a las estudiantes de sus dormitorios y las obligaron a subir a los automotores.
Racha de atrocidades
Si bien los testigos hablan de 200 secuestradas, las autoridades sostienen que serían alrededor de cien. El jefe de la policía de la ciudad, Gideon Jibrin, confirmó el ataque a medios internacionales pero no mencionó cifras precisas.
Aunque el hecho no ha sido reivindicado por organización alguna, por el modus operandi, es un secreto a voces en Nigeria de que fue perpetrado Boko Haram. Este grupo cometió varios atentados indiscriminados en lo que va del año, especialmente en Borno.
El terror invade a los familiares, profesores y amigos de las víctimas al recordar las atrocidades del Boko Haram, uno de cuyos lemas, es "la educación occidental o no islámica es pecaminosa".
Como precedente, el pasado 26 de febrero, militantes de Boko Haram incursionaron en el internado de secundaria federal de Buni Yadi, en el estado de Yobe, noreste del país, le prendieron fuego y mataron, al menos, a 59 estudiantes.
La mayoría de los niños presentaba quemaduras e impactos de arma de fuego de largo alcance. Algunos de los menores que escaparon heridos de la barbarie fueron hallados desangrados bajo árboles en los que intentaron refugiarse. Entre las cenizas de lo que fue el colegio las autoridades forenses encontraron restos calcinados de estudiantes.
Para cerrar el paso a la fuga de los niños, los islamistas trabaron puertas y ventanas y solo seleccionaron a los hombres. Un profesor del establecimiento dijo a los periodistas que ninguna jovencita fue asesinada. A las mujeres les exigieron que abandonaran el colegio, regresaran a sus casas, se casaran y renunciaran a la religión occidental o cristiana. En la acción, varios de los muchachos además fueron secuestrados.
El presidente Goodluck Jonathan describió el ataque como un "crimen sin sentido", el secretario de Estado de E.U., John Kerry, condenó a Boko Haram por sus "atroces actos de terrorismo" y la ONU repudió el hecho, exigiendo de paso "acciones para capturar a los responsables".
Desde que la Policía acabó en 2009 con el líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 3.000 muertos.