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HISTÓRICO
Fotos para el recuerdo de una visita a Medellín
  • Fotos para el recuerdo de una visita a Medellín | Las esculturas de Botero se han convertido en un referente, en el mejor recuerdo para llevarse de Medellín FOTO JAIME PÉREZ
    Fotos para el recuerdo de una visita a Medellín | Las esculturas de Botero se han convertido en un referente, en el mejor recuerdo para llevarse de Medellín FOTO JAIME PÉREZ
POR JOHN SALDARRIAGA | Publicado

Son de Cali. Nunca habían venido a Medellín. Se enteraron de una excursión y los tres se apuntaron. Caminan entre el bosque de esculturas de Botero, en ese espacio situado detrás del Palacio de la Cultura y se toman fotografías con alguna de ellas.

Es mediamañana, y el sitio ya se está colmando de gente. Familias, parejas de enamorados, turistas que se toman fotografías con sus celulares o que encargan a los fotógrafos que mantienen allí y viven de eso.

Nadie parece inmutarse por los mendigos. Revolotean... esperan que pase la fotografía para acercarse y mostrar que, por ejemplo, le extrajeron un ojo y con el párpado cosido, merece alguna limosna.

La Mujer del espejo parece susurrarle al espejo algunas cosas. Rocío Quintero, Norma Hurtado y Miguel Jerónimo Poso, esos caleños que nunca habían venido a Medellín, cuentan entusiastas que ya montaron en metro, subieron al metrocable. "Y vamos a almorzar bandeja paisa", complementa el muchacho, quien se apresura a decir que su apellido, Poso, se escribe con ese y que él es hijo de Norma.

Bajo la sombra de un árbol, un hombre sostiene un cerro de sombreros aguadeños en una mano, la derecha, y otro de ponchos sobre su hombro izquierdo. No son pocos los turistas, dicen, que les gusta tomarse las fotografías con atuendo paisa.

"Kléver. Mi nombre es Kléver Lema. Soy de Cuenca, Ecuador. Vine con David Calle. Él es quien está tomando la foto". "Vinimos por tierra. Nos detuvimos un día en Ipiales y otro en Cali", cuenta el otro, al acercarse. Salimos de Cuenca el viernes. Llegamos esta mañana y ya fuimos al Parque de Bolívar. Planeamos seguir hacia el Jardín Botánico. ¡Las Gordas… Cómo no venir a ver las Gordas de Botero. Yo estuve hace unos días en Medellín, pero fue una visita de trabajo tan rápida, que me quedé con las ganas de venir a verlas". Pensamiento, Bronce, 1992. Dice en la placa clavada en el pedestal de la escultura ante la cual se toman fotos.

El Sol se sostiene en los hombros de todos, menos en los del vendedor de sombreros que no sale de su sombra. Un fotógrafo cuenta que toma fotos en las calles desde hace 20 años. Anteriormente, al pie de la fuente del Parque de Bolívar. Usaba una Polaroid que permitía entregarlas al minuto.

¿Cómo viene uno a Medellín y no se hace una foto con las esculturas? Pregunta Pedro Martínez, quien camina dos pasos más adelante de su esposa Ángela Miranda, ocupada en empujar un cochecito en el que duerme plácida una niña de un año. Son de Barranquilla. Tres días en la ciudad les ha permitido hacerse fotos también en el Pueblito Paisa y en la metro. "No hemos subido ni vamos a subir al metrocable. Por la niña. Tú sabes. Puede marearse o algo".

Un hombre de aspecto gringo toma fotografías con su cámara profesional a cada escultura. No son fotos sociales las suyas, no. Está solo, metido en unas bermudas y una camiseta con un estampado alusivo a rock metálico. Hace una foto de cada ángulo. "I"m Peter. I" from Slovaquia. Botero is great. Everything is pretty".

No hay en el Parque de las Esculturas una persona más emocionada que Érika Morales. Ella es una mujer rubia y de tez clara. Un sujeto delgado y de piel trigueña le hace fotografías mientras ella posa montando una de sus piernas por encima del pie derecho de la Mujer sentada —sentada sobre la pierna izquierda—. Érika abraza la enorme pierna de la mujer de bronce, como quien abraza un árbol.

Las partes más bajas de las esculturas están más brillantes que las demás, de tanto sobarlas. Érika es quien destaca este detalle.

"No soy turista. Yo vivo allí en el barrio Zamora. Cada rato vengo a hacerme fotos con las esculturas. Son muy bonitas. Dignas de admirar. Y cuando llega diciembre, me hago fotos con el alumbrado". Él es de la Costa. Edwin Carpio ya había conocido las gordas de Botero hace tiempos, pero esta es la primera vez que viene con Érika, de modo que es bueno tener unas fotos para recordar después este momento.

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