viernes
7 y 9
7 y 9
Con esta frase Monseñor Rubén Salazar concluyó al hacer referencia al evangelio del sermón de la montaña que se proclamó en la ceremonia solemne realizada al medio día en la catedral primada de Bogotá para honrar al fallecido premio Nobel, Gabriel García Márquez.
Al evento asistió el Presidente de la República, acompañado de la Primera Dama, María Clemencia Rodríguez, así mismo los ex presidentes César Gaviria, Belisario Betancur, Ernesto Samper y las cabezas de los ministerios nacionales, entre otros.
Con el Réquiem de Mozart, interpretado por la orquesta sinfónica de Colombia, continuó la ceremonia. Al término de la interpretación, el Primer Mandatario le expresó a los asistentes y familiares del Nobel su sentir frente a la partida del escritor más grande en la historia nacional.
“Gabriel García Márquez logró plasmar con magia y poesía lo que es Colombia, por eso los invito a todos a rendirle el mejor homenaje que se le puede hacer: volver a acercarnos a los libros, leerlos y releerlos y que esas palabras continúen guardadas en nuestras casas, nuestras mentes y nuestros corazones”, expresó el mandatario.
“Gabo no fue solo un escritor, ni el único Nobel colombiano hasta ahora, Gabo se comprometió con el país, se preocupó siempre por la justicia, la educación y sobretodo por el logro de la paz, la buscó, trabajó por ella y en su memoria vamos a continuar con esa tarea”, haciendo énfasis al proceso de paz que su gobierno adelanta hasta ahora.
Para finalizar la ceremonia, se abrió paso al grupo vallenato que despediría al Nobel al son de las canciones preferidas por el escritor y periodista, conmemorando aquel 21 de octubre de 1982 en Estocolmo, donde con su ritmo y su alegría, el padre de Macondo puso a bailar a más de un sueco y conmocionó a todo un país, que por primera vez, era reconocido por sus letras y no por su violencia.