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HISTÓRICO
Gaia observará mil millones de estrellas
  • Gaia observará mil millones de estrellas | Fotografía que muestra el lanzamiento del satélite Gaia, el telescopio más complejo de la historia de Europa. FOTO EFE
    Gaia observará mil millones de estrellas | Fotografía que muestra el lanzamiento del satélite Gaia, el telescopio más complejo de la historia de Europa. FOTO EFE
POR CARMEN RODRÍGUEZ Efe Reportajes | Publicado

Su misión es contar estrellas, pero de una manera y con una precisión nunca vista hasta ahora. Se llama Gaia y partió esta semana desde la Guayana francesa al espacio exterior, para elaborar un catálogo y un mapa dinámico y tridimensional de la Vía Láctea, un paso más para investigar el origen, la estructura y la evolución de nuestra galaxia.

Los europeos han aunado durante 20 años recursos (1.300 millones de dólares) y esfuerzos, a través la Agencia Espacial Europea (ESA), para poner en órbita el telescopio más complejo creado en la larga historia del Viejo Continente.

Un viaje directo al conocimiento, pero también a la fascinación humana, que siempre ha mirado al cielo para soñar, para encontrar respuestas y conocimientos, y que hará un poco más real el deseo de saber cuántas estrellas nos rodean.

Gaia orbitará alrededor del Sol a una distancia de 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, a lo largo de cinco años durante los que dirigirá sus ojos, de sofisticada tecnología, hasta setenta veces a cada una de las estrellas que analice.

Y es que esta "inmensa cámara de fotos" estará terriblemente ocupada. Su objetivo será censar unos mil millones de estrellas, el uno por ciento de los astros de la galaxia donde está el Sistema Solar, y determinar con una precisión extraordinaria el brillo, el color, la temperatura y la posición de cada una.

Con esta minuciosa labor de observación, Gaia proporcionará datos para elaborar, al cabo de dos años, un primer catálogo del cielo, y una década después, se podrá disponer de la versión con precisión definitiva, en la que los científicos esperan poder incluir varios millares de exoplanetas (los que orbitan alrededor de una estrella distinta del sol), decenas de miles de asteroides y estrella enanas marrones.

El gran telescopio también debería localizar cuerpos helados, estrellas recién nacidas, explosiones de estrellas muy lejanas, agujeros negros devorando materia y agujeros negros gigantes en el centro de otras galaxias.

Un paso más para indagar en el pasado, presente y futuro del rincón del Universo donde está alojado nuestro planeta. Y es que Gaia es una "máquina de descubrimientos", según lo describe la ESA.

Más allá de la imaginación
Las capacidades de Gaia, de algo de más de dos toneladas de peso y construido en Toulouse (Francia) con la participación de 400 ingenieros y 50 empresas de 15 países europeos, van mucho más allá de lo que puede imaginar una persona ajena a las grandes dimensiones en las que se sienten cómodos los astrónomos.

En cinco años, el satélite generará una "petabyte" de datos, es decir, un millón de gigabytes o el equivalente a 200.000 DVD, o a 2.000 años de música en escucha continua.

Dotado con una inmensa cámara de fotos de mil millones de píxeles, Gaia tiene una portentosa agudeza visual que le permite ver objetos con un brillo 400.000 veces menor de lo que es capaz de detectar el ojo humano, advertir con nitidez un cabello a 1.000 kilómetros de distancia, e incluso podría medir desde la Tierra el pulgar de un persona que estuviese situada en la Luna.

Si se tiene en cuenta que la estrella más cercana está a unos 40 billones de kilómetros de la Tierra, todas las grandes capacidades de Gaia podrían parecer pocas para hacer frente a tan impresionante tarea de recopilación de información, que llegará a la Tierra en forma de una débil señal que será recogida por las más potentes estaciones de seguimiento de la ESA, las radioantenas de 35 metros de diámetro de Cebreros (España) y New Norcia (Australia).

Todo ello servirá para "multiplicar por diez mil los conocimientos actuales sobre nuestra galaxia", según el catedrático de la Universidad de Barcelona (noreste de España) Jordi Torra, uno de los científicos de la misión.

Mil millones de estrellas
Cada una de las mil millones de estrellas en las que se centre Gaia será observada una media de setenta veces y, en cada "repaso", tomará nota de su brillo, color y posición, un trabajo conocido como "astrometría", iniciado por el griego Hiparco hace más de 2.000 años.

Para ello, Gaia cuenta con un astrómetro que determinará las posiciones de las estrellas en el cielo, un fotómetro que proporcionará información sobre el color de los cuerpos celestes, y un espectómetro que medirá la velocidad de las estrellas.

Antes de empezar su labor de observación, el satélite tendrá que viajar durante un mes hasta alcanzar una órbita a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra y ubicada en uno de los llamados puntos de Lagrange, que proporciona un emplazamiento estable e idóneo para las observaciones que efectuará el satélite, donde comenzará a escudriñar el Universo.

Para realizar su trabajo de observación en las mejores condiciones posibles, Gaia desplegará un parasol de 10,4 metros de diámetro, que le proporciona una temperatura estable y baja (-170 grados centígrados).

Las mediciones del telescopio servirán, además, para realizar nuevas verificaciones de la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, pues las fotografías enviadas por el satélite se "curvarán" por el efecto de la gravedad.

Pasados los primeros cuatro meses, Gaia empezará a enviar sus misterios al planeta Tierra durante una media de ocho horas diarias; una información que será analizada y "traducida" por más de 400 astrónomos ingenieros del Consorcio para el Procesado de Análisis de los Datos (Dpac).

Tras años de duro trabajo, ahora Gaia está solo en el espacio y su particular odisea hará levantar la vista al cielo a muchos, al menos durante estos primeros días, a la espera de que, a finales de 2020, se hagan públicos todos sus descubrimientos y saber así más del Universo y de nosotros mismos.

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