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Nuquí, en el Chocó, fue el lugar al que María Paulina Barrera y cuatro compañeros se fueron a pescar una historia.
Con sus cámaras dieron cuenta de cómo el surf, ese deporte de tablas y olas, transformó la vida de las personas que viven allí.
Así, en resumen, fue la aventura que emprendió esta estudiante de Comunicación y Lenguajes Audiovisuales de la Universidad de Medellín, quien como muchos realizadores de la ciudad, cuenta historias a través del video.
Hay madera
Hace poco el realizador antioqueño Simón Mesa ganó, con su cortometraje Leidi, la Palma de oro del Festival de Cannes 2014.
Así como él, y formados en las distintas universidades del departamento, trabajan estudiantes y profesionales que pretenden con sus documentales, cortos y largometrajes, demostrar la calidad y creatividad que hay en el país para contar relatos.
"En la universidad nos enseñan a manejar los personajes, los ambientes y la iluminación, temas que unidos a la teoría y al conocimiento técnico dan como resultado una buena historia", explicó María Paulina.
Esa claridad para tomar imágenes de la vida real y contarlas en video es un proceso que se fortalece en el interior de las instituciones de educación superior. La universidad da los conceptos para que estos jóvenes aprovechen sus ideas de la mejor manera.
Ernesto Correa, coordinador del pregrado de Comunicación Audiovisual y Multimedial de la Universidad de Antioquia, sostiene que la metodología que se usa, en este caso en el Alma Mater, favorece a la creación desde el primer semestre.
"Buscamos que el proceso creativo sea el eje transversal del programa académico. Investigación, creación y conocimiento teórico, el triángulo que traerá trabajos más conceptuales, con mayor rigor y calidad", indicó Correa.
Calidad de exportación
Y aunque el corto de Mesa ha sido muy reconocido, hay otros trabajos "made in" Antioquia que también le dan la vuelta al mundo en diferentes festivales.
Uno de ellos es Mu Drua, realizado por Mileidy Orozco y producido por Ana María Ramírez de la U. de A., documental que ha participado en Festivales como Lakino en Berlín y DocsBarcelona.
Ana, quien se enfocó en la producción y se encuentra en el último semestre de Comunicación Audiovisual, opinó que los cortometrajes que se hacen en las universidades ya no son esos trabajos que se hacen para ganar una materia o responder a la tarea que el docente propone.
"Se realizan desde un enfoque profesional, todo apoyado desde los maestros y en el trabajo en módulos que nos permite enfocarnos en lo que nos gusta hacer", sostuvo la productora.
Agregó que otros trabajos como el Canto de la Sibila, dirigido por Brayan Zapata y exhibido en el Festival de Cine de Martil en Marruecos es la demostración del trabajo profesional que se hace en la ciudad.
Apoyo a la creatividad
Quienes realizan documentales, cortometrajes y se esfuerzan por darles vida a sus proyectos fílmicos concuerdan en que falta un mayor apoyo.
"Falta de parte del Gobierno compromiso con las realizaciones independientes. Y desde la educación hacer hincapié en el compromiso con lo social, algo extra académico que es el mayor plus que se debe sembrar en los estudiantes y docentes en el interior del claustro, porque es ahí donde realmente nace, crece y se reproduce el arte", precisó José Restrepo, docente de Comunicación Audiovisual del Politécnico J.I.C.
En fin, hay con qué hacer proyectos audiovisuales de calidad. Ya existen trabajos que lo manifiestan y realizadores con creatividad, investigación y técnica para demostrar que Antioquia y Colombia sabe contar historias.