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La Ley de Inteligencia sancionada la semana pasada por el presidente Juan Manuel Santos implica, según el senador Juan Manuel Galán, el reto de cambiarse el chip en la forma como se ha venido haciendo inteligencia en el país, pues antes se hacía con "los antiguos parámetros de la doctrina de seguridad nacional y ahora debe hacerse fundamentada en la defensa de los derechos fundamentales".
Esto, asegura, evitaría que la información de inteligencia se deje de utilizar como una herramienta para atizar contiendas políticas o para estigmatizar personas; y por el contrario se piense en hacer prospectivas que permitan al país situarse mejor en el concierto político y económico a nivel internacional. "Antes se pensaba que hacer inteligencia era recopilar datos pero hacer inteligencia es hacer análisis. Por eso la importancia de la figura del analista".
La Procuraduría tiene la custodia de los archivos del DAS, ¿qué va a pasar con ellos?
"Hay que tener mucho cuidado con esos archivos de preservarlos, depurarlos. En cuanto a la reserva, se mirará si los capítulos que puedan considerarse como cerrados puedan desclasificarse. Por ejemplo, se pensaría que el capítulo del Cartel de Medellín está cerrado y podría desclasificarse y revelarse o del Cartel de Cali.
En Estados Unidos se han adoptado legislaciones que permiten liberar el acceso a la información cuando una información de inteligencia ya no amenaza la seguridad nacional".
Se había anunciado la creación de la Central de Inteligencia, se nombró al almirante (r) Álvaro Echandía, pero todo se quedó estancado, ¿qué viene ahora?
"Por ser una ley estatutaria se estaba esperando la decisión de la Corte Constitucional y la sanción presidencial. Con la sanción, se da el banderazo para que comience la reglamentación de la ley y la Junta de Inteligencia Conjunta sea la institución coordinadora de los organismos y de la comunidad de inteligencia. Ahí está sentada la Dirección Nacional de Inteligencia, (organismo civil); la Policía, las Fuerzas Militares y la Uiaf (Unidad de Información y Análisis Financiero, adscrita al Ministerio de Hacienda).
He propuesto que a corto plazo se tengan en cuenta dos factores importantísimos: desarrollar la capacidad institucional de hacer inteligencia externa, que es la capacidad de estudiar los países, hacer prospectiva, y que la Dian tenga capacidad para hacer inteligencia".
Con el escándalo del DAS, a buena parte de los ciudadanos y las Ong le mencionan inteligencia y piensan en seguimientos ilegales. ¿Cómo se va a recobrar la confianza?
"Los organismos de inteligencia actuaban en un limbo jurídico. (....) Después de la constitución del 91 y la caída de la Guerra Fría, el paradigma fue la protección del ciudadano, de los derechos humanos, de sus derechos individuales y colectivos. La ley trabaja con el nuevo paradigma.
Ahora los organismos de inteligencia deben trabajar con un parámetro no de oferta sino de demanda. En el antiguo parámetro de seguridad nacional los organismos de seguridad definían quiénes representaban una amenaza; con este nuevo paradigma, quien toma las decisiones políticas (el Presidente o un ministro) es quien hace los requerimientos a un organismo de inteligencia sobre un tema sobre el cual quiere saber, guardando los protocolos.
Cómo se seleccionarán las personas para garantizar que esas personas no generen pánico
"La mejor garantía es la formación. Hay un principio rector de la inteligencia y es que debe ser políticamente agnóstica. No debe tratar de sesgar al que toma las decisiones políticas pero sí entregarle las herramientas para que tome las decisiones acertadas.
Una de las cosas que se defendió en el Congreso fue la creación de una Comisión Parlamentaria de Inteligencia y contrainteligencia. En España, Argentina, Chile, donde la inteligencia ha sido el símbolo de la represión política, el Congreso tiene control político, hace auditoría a los gastos reservados. Esa es una zona gris del presupuesto porque se tiene que verificar que esos recursos vayan realmente a donde deben ir.