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La gatita blanca apareció por primera vez en 1974, en un monedero transparente. No tenía muchos detalles, estaba sentada de perfil, mirando al frente, llevaba un vestido de pantalón azul y ya estaba el moñito rojo en la cabeza. Al lado había una botella de leche, al otro una pecera. No estaba la boca, solo la nariz, los ojos y los seis bigotes.
El diseño lo hizo la diseñadora Yuko Shimizu, para Sanrio, que era una empresa japonesa de sandalias de seda, pero que había descubierto que añadir dibujos aumentaba las ventas. Les fue muy bien con la gatita sin boca. La fiebre se desató en los 70, luego bajó, y a finales de los 80 volvió, con más fuerza y para trascender fronteras.
Un éxito inimaginado. Yuko Yamaguchi, que continúo con el diseño cuando su homónima se fue, dos años después, y quien es la que más tiempo la ha inventado, contó a la Revista Time en una entrevista en 2008, que cuando ella empezó no sabía ni siquiera si se vendería en Japón. Le habían dicho que era solo para niños y no llegaría a Occidente.
La nueva explosión de fama fue en Shibuya, Japón, un barrio de dos tribus urbanas, las kogal y las gangura, caracterizadas por ser ultraconsumistas, respondonas y desinhibidas.
Es en ese lugar donde Sanrio empieza la celebración de los 40 años, con un estand en donde las personas se toman fotos abrazando a la gatita blanca, que luego se publican en Twitter. La campaña de abrazos, no obstante, es global, con la idea de que la gente la felicite por su cumpleaños. En abril, en todo el mundo, se superaron los 200.000 abrazos, la mayoría en Japón, según datos de Efe.
El amor por Kitty pasó de chicos a grandes y es indistinto, le gusta a hombres y a mujeres, aunque ellas sean más. En 1987 se presentó una Kitty más sobria, en blanco y en negro, para llegar a las personas que estaban más grandes, les gustaba la imagen, pero se sentían apenadas por ser tan infantil.
A sus 40 años, la edad importa cada vez menos. El último sencillo de Avril Lavigne se llama Hello Kitty, porque a la cantante canadiense le encanta la gata de lazo en la cabeza. Otras celebridades ya han hecho público su amor. En 2004, por ejemplo, Mariah Carey y Paris Hilton llevaron a Kitty en un clutch.
El amor es por muchos motivos, explica Lina Jaramillo, comunicadora social, que es seguidora de Hello desde que es pequeña y hasta ahora que tiene 30 años. Explica que, además de que le parece linda y tierna y el rosado es su color favorito, le gusta tener vivo su espíritu de niña. "Es algo que permanece conmigo y no deja perder mi alma de niña".
Tiene lapiceros, sábanas, pijamas. No mucho, para no exagerar, si bien de Hello Kitty hay un mundo completo que pasa por carros, tarjetas de crédito, guitarras, juguetes sexuales, aviones, camisetas, vasos, bolsos, gafas, y casi donde se pueda imprimir al personaje, ahí está. En Taiwan hay un hospital con la licencia para usar imágenes del personaje.
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El nombre completo de la pequeña de bigotes es Kitty White y, aunque la dibujaron en Japón, su biografía oficial, la de Sanrio, señala que vive en Londres. "Ella es buena haciendo galletas y le gusta recolectar cosas lindas, como dulces, estrellas y peces de oro".
Su familia se dibujó un año después de su creación. Su padre se llama George White, su madre Mary y su hermana gemela Mimmy.
Una de sus características principales es que no tiene boca. La explicación la contó Yamaguchi en la entrevista a Time: "Es para que la gente que la mire pueda proyectar sus propios sentimientos en ella, ya que tiene una cara inexpresiva. Kitty parece feliz cuando la gente es feliz. Parece triste cuando ellos están tristes".
La pequeña Kitty llega a los 40, pero es de esas suertudas a las que los años no se le notan.