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Dicen que quien no conoce la historia está condenado a repetirla, pero a veces puede que no. Y ese es el caso con el desarrollo del automovilismo regional. Antioquia ha sido una cuna de buenos pilotos. Desde mediados del siglo pasado, volantes antioqueños se destacaban en las competencias que ya por entonces desafiaban la geografía del país.
Pero no solo brillaban por la osadía que demostraban al volante, ascendiendo, bajando y pasando rivales en unos caminos poco menos que peligrosos. También por el ingenio y la capacidad de desarrollar sus propias máquinas.
Las décadas del 50 y el 60 vieron cómo la llamada mecánica nacional comenzó a despertar y proveer de vehículos a aficionados y pilotos.
Sin embargo, muchos de esos esfuerzos se han perdido en el tiempo. Carros que marcaron momentos estelares del automovilismo de mediados del siglo pasado, y un poco más atrás, solo quedan en la memoria de algunos conocedores, o con algo de fortuna en los registros fotográficos.
Por eso dos gomosos se dieron a la tarea de rescatar por lo menos dos de esas joyas: el LR, y el Eligio Special. El primero, fue desarrollado en su momento por los pilotos Alonso Londoño y Pedro Ramírez. El otro, un curioso vehículo creado por Eligio Arboleda.
Pionero en fibra
Cuenta Ramiro Londoño que el LR (Londoño y Ramírez) tiene la característica de haber sido el primer carro fabricado en Colombia con una carrocería enteramente en fibra de vidrio. La idea de la línea y el diseño externo del carro original se le ocurrió a Alonso Londoño con base en una foto de uno de los carros en los que corría el piloto argentino Juan Manuel Fangio, quíntuple campeón de la Fórmula Uno. El chasis de un Volkswagen fue la base de ese auto en su momento.
El trabajo que se está desarrollando con la recuperación incluye algunas modificaciones al que fuera el diseño original. De acuerdo con lo explicado por Carlos Echeverría, que está al frente de estos trabajos, el principal es el cambio del sitio del motor, que en el bólido inicial estaba en la parte trasera. Ahora se alojará en la parte delantera, con una modificación también en la tapa del capó, que será un poco más alta para alojar el motor de un celica 2.000 que será su nuevo corazón propulsor. Además, en este proceso, el carro rodará apoyado en un chasís tubular tipo Space Frame, que otorga rigidez pero es liviano.
El carro de cuerda
El segundo carro que está en proceso de recuperación perteneció a otro de los pioneros del automovilismo paisa: Eligio Arboleda. Como el anterior, señala Carlos Echeverría, también este fue desarrollado sobre un chasís de Volkswagen, y su curiosa figura juega a emular a una de las grandes marcas deportivas europeas, "él tenía la gran ilusión de hacerse su Porsche", relata Ramiro Londoño.
Muchos de esos carros de mecánica nacional de aquellos años tenían la base Volkswagen, por lo fácil que era montar en ese chasís, cualquier tipo de carrocería.
Como el carro, su dueño también es un personaje curioso. Estudió en el Seminario de Misiones de Yarumal, allí aprendió lo relacionado con la decoración de iglesias. Fue ciclista y participó en alguna Vuelta a Colombia, y también fue automovilista.
Con el Eligio Special, su mayor logro fue el subcampeonato en el Circuito Central Colombiano de 1965, una carrera de cuatro días, en la que los pilotos recorrían las vías de Bogotá a Cali, Cali-Medellín, Medellín a Manizales, y de nuevo a Bogotá.