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La dicha nunca será completa. Hoy, como nunca antes, la esperanza de vida ha subido, pero ha traído... más años con enfermedades.
Entre 1970 y 2005, la probabilidad de que una persona de 65 años llegara a los 85 se duplicó, de cerca un 20 a un 40 por ciento.
Se ha presumido que lo que ha hecho que los humanos vivan más hoy, como mejores hábitos de salud y notorios avances médicos, ha llevado a que las personas vivan más con menos achaques. Pero no parece ser así.
Una investigación de Eileen Crimmins, de la Universidad Southern California y Hiram Beltran-Sánchez, mostró que la morbidez promedio, o el periodo de vida que se pasa con enfermedades serias o pérdida de movilidad, ha aumentado en las últimas décadas.
"Siempre hemos asumido que cada nueva generación será más saludable y vivirá más tiempo que la anterior", consideró Crimmins. "Sin embargo, la reducción de la morbidez puede ser tan ilusoria como la inmortalidad".
El estudio reveló que en realidad el número de años vividos saludables se ha reducido desde 1998.
Un varón de 20 años, en 1998 podría esperar vivir otros 45 años sin al menos una de las enfermedades que más matan, como cáncer, diabetes o problemas cardiovasculares, pero ese número se redujo a 43,8 en 2006.
Para las mujeres disminuyó de 49,2 años a 48.
Un hombre hoy, puede esperar vivir 5,8 años de su vida sin movilidad, contra 3,8 una hace una década, y dos años adicionales sin ser capaz de caminar 10 pasos o sentarse por dos horas.
Sólo la prevención, advirtió Beltran-Sánchez podría aumentar los años libres de enfermedades.
¿Vale la pena vivir así?