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Las noticias sobre el ébola en Colombia se mueven entre el escándalo y la especulación. Su nombre, descontextualizado, se utiliza para dar puntadas de información que dejan en el aire a los ciudadanos y al mismo tiempo crean pánico desde la ignorancia. La situación es real y grave a niveles pocas veces vistos en tiempos recientes, pero hace aún más daño la histeria e irresponsabilidad que rodea cualquier nueva noticia sobre el virus. Mucha parafernalia y poca reflexión. Títulos a grandes tamaños, alto volumen y escaso análisis de los expertos.
La semana pasada la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un anuncio alarmante: de seguir la propagación del virus su promedio actual, es posible que para diciembre el número de contagios suba a 10 mil cada semana. Una cifra sin parangón. En África el ébola ha causado la muerte de miles, desde mitad de año, pero el tema se intensificó en las noticias cuando se presentaron casos en el primer mundo. Es una evidencia clara del valor que se le da a la vida de unos, en detrimento de otros.
En el continente negro las muertes superaron los 4.400 y el porcentaje de mortalidad de la virosis es superior al 70 por ciento en Liberia, Guinea y Sierra Leona. Estados Unidos, España y Alemania ya sufrieron contagios y la tensión es máxima.
Tanto en España como en E.U. la discusión aumentó de nivel tras corroborar que entre los nuevos infectados, el ébola fue transmitido por deficiencias en los controles. Malos manejos médicos y problemas en el análisis de la información llevaron a la propagación. América Latina, menos responsable en sus sistemas de salud, parece indefensa ante la posible llegada del virus. Colombia, aún más.
Es labor de los medios masivos de comunicación aportar a la educación en un caso de suma gravedad. Dejar de lado los titulares escandalosos o los anuncios sonorizados de noticias extraordinarias. Hay que contribuir mediante el contexto informativo a disminuir la brecha entre las necesidades sanitarias y el deficiente sistema estatal que tenemos.
Aunque las posibilidades de que el virus llegue a Colombia aún parecen bajas, se hace imperativo que la noticia del ébola no sea relegada a secciones internacionales o a minutos de segunda en la jerarquía informativa de los noticieros del prime time.