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El malestar en aquellas zonas que quedaron fuera del ‘mapa político’ que dibujó el presidente Juan Manuel Santos en su gabinete no se hizo esperar, pues mientras unos sectores aseguran que se tuvo en cuenta la capacidad técnica de los ministros, otros argumentan que es el resultado de los compromisos políticos de la reelección.
El ‘gabinete de la paz, la equidad y la educación’, como lo definió Santos, quedó liderado por los partidos Liberal y de La U, con cinco carteras cada uno, seguido por los Conservadores y Cambio Radical, cada uno con dos carteras, mientras que dos de los ministros que ingresaron al nuevo Gobierno son independientes.
Pero más allá del partido, las regiones reclaman que si bien 11 de los 16 ministros no son de Bogotá, quienes fueron elegidos no representan realmente sus departamentos, pues su trayectoria política ha estado alejada de los territorios.
Para Josías Fiesco, analista político de la Universidad Javeriana, Santos tuvo que hacer la repartición pensando en los compromisos, pero sin descartar hacer ciertos ajustes sobre la marcha para equilibrar la balanza.
“La gran mayoría de costeños, por ejemplo, no se ven representados por la nueva ministra de transporte que llegó bajo el guiño político de Vargas Lleras. Lo mismo ocurre con Juan Fernando Cristo, que aunque nació en Norte de Santander, no cuenta con el respaldo de quienes viven los efectos de las múltiples discrepancias del gobierno venezolano”.
Asimismo, argumenta que la confección del gabinete también se pensó en miras a las elecciones de 2015, donde el pulso sigue en Antioquia, ya que el Partido Liberal tiene la alcaldía de Medellín, pero que a su vez cuenta con amplia participación de parlamentarios uribistas en el Congreso.
Por el contrario, el especialista en Política, John Mario González, prefiere pensar que más allá de regiones, se debe pensar en el país como una unidad, a la que Juan Manuel Santos deberá gobernar en un escenario de posconflicto.
“Además de ‘músculo político’ Santos tiene una característica y es el reconocer en su equipo la capacidad técnica necesaria para estar al mando de los Ministerios, y aunque algunos de ellos no tienen el conocimiento necesario para el cargo, cuentan con gran trayectoria y capacidades ejecutoras indispensables para el próximo cuatrienio”, comentó González.
El problema ha estado presente en aquellos departamentos donde salieron fichas de los gabinetes, como en el Valle del Cauca y Santander, quienes aportaron cuantiosos votos a la reelección y resultaron con uno o menos cargos en el gabinete. Además los líderes gremiales son los más preocupados por el futuro de los proyectos de diversa índole que requieren sus regiones.
Lo único cierto es que puede ser prematuro para evaluar la función de los escuderos que Santos designó para gobernar en su segundo mandato, periodo en el que además de la paz, tendrá que reconciliarse con quienes se quedaron esperando las promesas que el gobierno dejó en el tintero.