viernes
7 y 9
7 y 9
Desde hace más de ocho años decidí practicar el atletismo como disciplina deportiva y mental. Lo hice por varias razones: es un deporte sencillo de practicar, barato y que te reta al máximo cuando se vuelve una práctica recurrente. El entrenamiento continuo me ha llevado a participar en diferentes carreras atléticas, entre ellas dos maratones y para cruzar la meta fueron necesarios muchos kilómetros de entrenamiento.
Este deporte implica un reto permanente encubierto en una aparente monotonía. Lo primero, son las largas jornadas en solitario para buscar mejorar una marca. Luego, el cuerpo y la mente se sincronizan y te instan a pasar a un nivel superior de esfuerzo y, por supuesto, de rendimiento. Una rutina que se repite una y otra vez antes de cada competencia. Cualquiera pensaría que en el atletismo por su simpleza no hay espacio para la innovación.
La disciplina nos hace fuertes y nos lleva en algún momento a dominar una práctica independiente de la actividad que queramos llevar a cabo y, para lograr esto, el camino siempre es uno: innovar. Ese fue el caso del Checo Emil Zatopek denominado "La locomotora humana", por su capacidad de llevar el cuerpo y la mente al límite. La historia de Zatopek es bastante curiosa, mientras trabajaba en una empresa de calzado fue obligado a participar en una carrera de atletismo y para su sorpresa llegó a la meta en el segundo lugar. Atleta por accidente, a partir de ese momento decidió tomar más en serio esta disciplina. Y lo hizo con tal pasión que, casi con seguridad ni él mismo se imaginaba lo que le esperaba: obtuvo tres medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952 en las pruebas de 5.000 m, 10.000 m y en la maratón. Logro único en el mundo para un atleta en tres pruebas tan diferentes y ganadas todas en menos de una semana. Sabiéndose dueño de una capacidad innata y excepcional para este deporte, Zatopek no se conformó con los métodos de entrenamiento tradicional, y quiso ir más allá. Sus logros en parte se deben a que inventó, desarrolló y aplicó una técnica denominada: "intervalo de entrenamiento". Este método consistía en realizar carreras de 200 o 400 m, con intervalos cortos de trote lento haciéndolo repetitivamente, lo que le permitió desarrollar una mejor resistencia a la velocidad. Esta técnica se convirtió en una verdadera innovación que hoy día aplican los atletas de alto rendimiento. Zatopek murió en el año 2000 y fue nombrado el mejor atleta del siglo.
La pasión por una actividad nos puede llevar a la maestría y al dominio de esta, al tiempo que nos inspira a explorar nuevas formas de hacer las cosas. No importa lo que se haga, si se hace con mística y pasión, la innovación llegará más temprano que tarde. Por simple que sea una actividad siempre existirá espacio para la innovación.