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El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, mantuvo ayer una primera reunión de más de dos horas con el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien le informó sobre el contencioso limítrofe que este país mantiene con Costa Rica, con el fin de contribuir a la distensión y el diálogo entre ambas naciones.
"No siento que exista entre los dos países un ánimo de confrontación sino algunos problemas que han surgido y que es necesario resolver para poder encauzar estos temas por las vías jurídicas y pacíficas", dijo Insulza al concluir su reunión con Ortega, celebrada después de otra que mantuvo en San José con la presidenta costarricense, Laura Chinchilla.
Ortega abogó porque el conflicto con Costa Rica no siga escalando a otros niveles y expresó su preocupación porque terceros países intervengan en una política de confrontación.
El gobernante hacía alusión a Panamá, que apoyó a San José en su petición de que Nicaragua retire a sus militares de la zona del contencioso.
La presidenta Chinchilla advirtió a Insulza que si este organismo no resuelve con "urgencia" el litigio fronterizo con Nicaragua, su país está dispuesto a elevar el caso al Consejo de Seguridad de la ONU.