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HISTÓRICO
JORNADA ÚNICA: REFLEXIONES PENDIENTES
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    JORNADA ÚNICA: REFLEXIONES PENDIENTES |
Por MARÍA VICTORIA ANGULO G. * | Publicado

El pasado 23 de septiembre el Ministerio de Educación anunció de manera oficial que 60 mil estudiantes de los grados 10° y 11° de instituciones educativas oficiales iniciarán, al final de este año escolar, la prueba piloto de la jornada única en Colombia.

Todo esto en el marco de la política de gobierno que tiene como pilares fundamentales la paz, equidad y educación.

La medida busca mejorar las condiciones para el aprendizaje de los estudiantes, ampliando el número de horas diarias impartidas actualmente en las instituciones educativas a una jornada de 8 horas diarias, con altas expectativas de impacto en la calidad de la educación.

Según el Ministerio de Educación, el aumento en la intensidad horaria permitirá fortalecer las áreas de matemáticas, ciencias y lenguaje y hacer de Colombia un “país más competitivo frente a otros de la región”.

En este sentido, vale la pena preguntarse ¿cómo será la implementación en términos de contenido y dinámicas en estas tres áreas? ¿Se impartirán las mismas clases que se han venido dando? ¿Cómo se aprovechará este espacio para desarrollar de manera integral al estudiante? ¿Qué recurso humano apoyará dicho proceso?

Si bien el Ministerio tiene contemplados aspectos relacionados con alimentación e infraestructura, en primera instancia, para la implementación del piloto, la invitación es a reflexionar sobre lo que debería hacerse en términos del tiempo efectivo de aprendizaje de los estudiantes y de sus desarrollos en competencias tanto básicas como socioemocionales que puedan ser aprovechadas de manera que no se conviertan en tiempos frustrados, de clases tradicionales, poco motivantes, asfixiantes y que recarguen la jornada con más de lo mismo sin impactos positivos y significativos, tanto en los aprendizajes de los estudiante como en la comunidad educativa.

La escuela debe permitir la identificación y desarrollo de talentos, ser inclusiva, valorar la diversidad y las diferencias, permitir aprendizajes de calidad para todos con la participación de los actores de la comunidad, manteniendo altas expectativas de aprendizaje para sus estudiantes.

Desde esta perspectiva, es importante que la jornada única se resignifique y busque alternativas pedagógicas innovadoras que involucren a la comunidad y posibiliten los mejores aprendizajes en los niños y jóvenes.

Experiencias como las que lidera el MEN a partir del Plan Nacional de Lectura y Escritura (PNLE), que buscan fomentar el desarrollo de competencias en lenguaje mediante el mejoramiento de los niveles de lectura y escritura de estudiantes de educación preescolar, básica y media a través del fortalecimiento del papel de la escuela y de la familia, podrían ser potenciadas para hacer de ese tiempo escolar adicional una oportunidad de generar transformaciones reales en la escuela.

Este plan, por ejemplo, involucra acciones con los estudiantes durante toda la escolaridad y, de manera transversal, en todas las áreas, asignaturas y competencias y busca impactar a su vez en las prácticas pedagógicas de los docentes haciendo uso de las bibliotecas como escenarios de encuentro y construcción donde confluyen padres, mediadores, estudiantes y docentes.

Si bien el caso del fortalecimiento de las matemáticas y las ciencias también requiere de estrategias de enseñanza innovadoras que impacten significativamente, los espacios artísticos y deportivos también hacen parte de la formación integral del ciudadano que queremos.

La construcción de escenarios de aprendizaje que articulen y pongan en diálogo las matemáticas con la música, las artes con las ciencias y las vivencias cotidianas de los niños con los procesos de aprendizaje, harán posible la formación de un ciudadano colombiano con narrativas distintas encaminadas a acciones de resiliencia y paz.

¿Cómo hacer, entonces, para que esta propuesta se constituya en una oportunidad de mejora de la calidad de la educación? Desde la sociedad civil estamos dispuestos a participar de los espacios de discusión que se promuevan y al mismo a tiempo estamos atentos a los avances que se puedan generar al respecto. 

* Directora ejecutiva de la Fundación Empresarios por la Educación.

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