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Intenso resultó este miércoles para Juan Pablo Ángel. Llegó en la madrugada procedente de Los Ángeles, Estados Unidos, y en la mañana presentó los exámenes médicos en un sector de El Poblado. Luego se fue a la sede administrativa, en Itagüí, a firmar el contrato que lo vinculó al Atlético Nacional hasta el 31 de diciembre. Más tarde tuvo otras reuniones.
En la noche se fue a comer a un restaurante del Centro Comercial del Este, en El Poblado. Se le notaba cansado, pero al mismo tiempo feliz por su regreso a su cuna personal y deportiva. Con la vista de una ciudad iluminada al fondo, Juan Pablo terminó una jornada con mucho ajetreo.
Pero algo le hacía falta al delantero verdolaga: su familia. Apenas han pasado unas horas lejos de su esposa María Paula y de sus hijos Jerónimo y Tomás, y ya le hacen falta. Quiere tenerlos pronto a su lado, pero deberá tener paciencia porque antes de venirse, ellos deben definir algunas situaciones personales.
Este jueves Juan Pablo entrenará sin sus nuevos compañeros, que regresarán al mediodía de Manizales. El saludo con el grupo y el cuerpo técnico será el viernes, cuando se hará la presentación oficial ante los medios de comunicación.