La medalla de plata que logró en la parada de la Copa del Mundo le dio el suficiente impulso a Juan Esteban Arango.
Una vez impuso el récord nacional de 4.24.276, en Cali, y de sufrir la fractura del escafoides, el Atacao, o el Juanes del ciclismo como lo llaman, no ha parado en su vertiginosa carrera.
Sin haberse restablecido plenamente de la operación que tuvo en diciembre, el persecutor antioqueño montó en la bicicleta para hacer rodillos y después afrontar la carretera.
"Como sea me voy para Argentina a correr en la Vuelta a San Luis", le dijo Juan Esteban a su técnico José Julián Velásquez.
Con el yeso puesto y unas ganas inmensas disputó el Tour de San Luis, donde incluso empató en tiempo con Santiago Botero en la contrarreloj individual.
De tierras gauchas volvió con algo de fondo, siguió sus entrenamientos por los alrededores de El Retiro, a donde se fue a vivir al lado del triatleta Óscar Preciado (otro que irá a Juegos Suramericanos), para tomar más fondo y mejor forma en la altura.
Quince días atrás, con una férula en la mano operada, el Atacao Arango afrontó los cuatro mil metros en Pereira, donde se cumplió el selectivo de los pisteros para los Juegos continentales.
En el óvalo de la capital risaraldense hizo 4.25.244, para confirmar la casilla para la justa en la que tendrá como máximos opositores a argentinos y chilenos.
"Juan Esteban es la demostración de las ganas y los deseos de superación. La transformación que sufrió es fruto de su madurez. Va por buen camino y con mucha dedicación puede lograr metas más altas todavía", argumenta el técnico José Julián Velásquez, quien lo llevará, después de los Juegos, al Mundial de pista en Copenhage, entre el 24 y el 28 de marzo.
La mentalidad del Juanes del pedal está arriba. En lo alto figura su ilusión de lograr dos oros en los Juegos Suramericanos (en los 4 mil, individual y por equipos), que le brinden otro impulso para el Mundial, a donde irá para tratar de confirmar la plata de la Copa del Mundo de Cali.