El juez de la Audiencia Nacional de España, Baltasar Garzón, uno de los juristas más reconocidos en el tema de derechos humanos, dijo ayer que no está de acuerdo con las extradiciones de los ex comandantes paramilitares pues éstas casi "traspasan" los límites del respeto a los estándares de la justicia penal internacional.
La dura crítica fue sustentada por el juez en el sentido de que se les está dando prioridad a delitos relacionados con el narcotráfico frente a los crímenes de lesa humanidad cometidos por los ex Auc.
"Ellos podrían no ser juzgados nunca en su país en caso de ser condenados a largas penas en Estados Unidos por delitos menores a los que se enfrentan en Colombia", dijo el magistrado.
Garzón considera que a consecuencia de esas extradiciones se ha producido un freno importante en la aplicación de la ley y en la obtención de datos, documentos y elementos que podrían contribuir al esclarecimiento de los hechos.
Sin embargo, a pesar de sus críticas el juez español valoró la novedad del proceso colombiano (Ley de Justicia y Paz), pues considera que es la primera iniciativa en la que se presentan de manera simultánea procesos de verdad, justicia y reparación.
Pearl defendió el proceso
Las declaraciones de Garzón tuvieron lugar durante el encuentro organizado por el Centro Internacional de Toledo para la Paz (CITpax), donde una comitiva del Gobierno Nacional sustentó los logros de la Ley 975.
Frente a las observaciones del juez Garzón, el alto consejero para la Reintegración, Frank Pearl, señaló que, pese a esas extradiciones, el proceso en Colombia continúa, en coordinación con la justicia estadounidense, con el objetivo de saber la verdad de lo que pasó.
"Si los acuerdos con Estados Unidos funcionan, las víctimas van a estar mejor servidas", dijo Pearl.
El funcionario, quien viajó a España para presentar el I Congreso de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR), que se celebrará a comienzos de mayo en Cartagena, estuvo en compañía de Eduardo Pizarro, presidente de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR).
Este último valoró que Colombia sea el "primer país del mundo" en el que un grupo armado que no está derrotado militarmente haya llegado a un "acuerdo de paz para irse a la cárcel".
"En Colombia avanzamos con responsabilidad en nuestra tarea", resumió.
Frente al proceso de desmovilización y reintegración a la civilidad en Colombia, Pearl señaló que avanza y va bien, pero que no se puede cantar victoria, y auguró décadas para conseguir la reparación de las víctimas.
Baltasar Garzón, quien conoció en agosto de 2008 parte del proceso de exhumación de restos de víctimas de las Auc en Urabá, concluyó que uno de los grandes problemas de la aplicación de la Ley de Justicia y Paz está "en conferir la credibilidad absoluta de que se está haciendo algo y que ese algo no es un camelo, no es un engaño o no es una norma que dé paso a la impunidad".