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El número inmigrantes sin documentos que fallece al intentar cruzar el desierto de Arizona desde México se ha disparado de tal forma que la oficina forense está empleando un camión refrigerado para almacenar algunos cadáveres, según las autoridades.
Desde el 1 de julio, los cuerpos de 40 inmigrantes que entraron ilegalmente a Estados Unidos han llegado a la oficina del doctor Bruce Parks, forense del condado de Pima.
A este paso, dijo Parks, es posible que este mes se supere el máximo de 68 cuerpos recuperados en julio del 2005. La oficina empezó a llevar un registro desde el 2000.
"En este momento, en la mitad del mes, tener tantos (cadáveres) es simplemente una mala señal", dijo. "Definitivamente está en camino de ser, quizá, el mes más mortal de todos los tiempos".
Desde el 1 de enero al 15 de julio, la oficina forense ha examinado los cuerpos de 134 inmigrantes indocumentados, 93 más que los manejados el año pasado en esta misma época y 102 más que en el 2008.
En el 2007, cuando la oficina registró el mayor número de muertes en un año de inmigrantes que cruzaron ilegalmente, 140 cuerpos habían sido llevados al forense hasta el 15 de julio.
Parks indicó que su oficina, que recibe los cuerpos de inmigrantes que llegan a tres condados, está almacenando unos 250 cuerpos y tuvo que empezar a usar un camión refrigerado debido al aumento de muertes de indocumentados este mes.
Bitácora
El forense señaló que la mayoría de los cuerpos parecen estar llegando del desierto al suroeste de Tucson, donde suele hacer más calor que en otras partes de la frontera o el área metropolitana de la ciudad.
Las autoridades creen que el elevado número de muertos se debe a temperaturas por encima del promedio en el sur de Arizona y a medidas de seguridad más estrictas, que obligan a los inmigrantes a intentar circular por áreas más remotas y peligrosas.
Erik Pytlak, del Servicio Nacional Meteorológico, sostuvo que las temperaturas mínimas en la noche durante los primeros 15 días de julio fueron las más calientes registradas en la historia. Si las temperaturas no bajan lo suficiente durante la noche, el cuerpo humano no descansa del calor del día.
"En lugar de tener un día de mucho calor, tienes un día tras otro tras otro. Con la corriente constante de gente en el desierto, hay quienes empiezan a colapsar, desgraciadamente", agregó Pytlak.