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HISTÓRICO
¿LA COLOMBIA MÁS EDUCADA ES POSIBLE?
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    ¿LA COLOMBIA MÁS EDUCADA ES POSIBLE? |
Por MARÍA VICTORIA ANGULO | Publicado

La Fundación Empresarios por la Educación ha venido trabajando desde hace 12 años de la mano con los gobiernos nacionales, regionales y con muchos actores de la sociedad para quienes la educación es pilar del desarrollo de un país. Queremos que esta nación tenga educación de calidad en todo el territorio nacional y ese ha sido nuestro mensaje.

En el último debate electoral vimos con esperanza que la educación logró un lugar privilegiado en el discurso de los candidatos y fueron muchos quienes por primera vez la definieron como prioridad a la hora de decidir quién tomaría las riendas del país en los próximos 4 años.

Hoy, tres pilares soportan los horizontes del Gobierno: paz, equidad y educación. Pero, ¿cómo lograr que este anhelo sea una realidad?

Los debates realizados en las últimas semanas por diferentes líderes políticos y la academia han girado en torno a temas en educación que requieren especial atención. Preocupaciones frente a acceso, cobertura y calidad en todos los niveles educativos; la atención a la primera infancia; el rol de las regiones y su impacto en la calidad educativa; los maestros y directivos como centro del proceso de transformación; el reconocimiento de los ambientes de aprendizaje como una oportunidad de involucrar a las familias y los distintos actores de la sociedad en los procesos de aprendizaje reconectando y ofreciendo a los niños colombianos lo que requieren en un contexto diverso y multicultural; una jornada única con sentido pedagógico y una educación superior pertinente capaz de lograr el desarrollo humano a nivel regional y nacional, hacen que se vea una luz al final del túnel y, por último y no menos importante, la relación educación y la paz que nos invita a aprender a vivir juntos y a construir país.

En este sentido, hacemos un llamado a los congresistas y al Gobierno Nacional sobre cómo afrontar este reto monumental. Si bien los recursos de educación son mayores porcentualmente que otros sectores, ¿se reducen en comparación con los años anteriores? ¿Cómo iniciar así reformas estructurales? ¿Cuál sería el incremento real y cuáles son estas fuentes adicionales? Ahora el país también discute un proyecto de reforma tributaria y deben ponerse todas las cartas sobre la mesa.

¿Cómo lograr un equilibrio entre las diferentes fuentes de financiación, el rol del sector público, productivo y la sociedad civil? Una reforma pensada en los pilares estructurales para el desarrollo del país debe lograr un balance entre mantener la dinámica del aparato productivo y lograr mayor inversión en educación con sentido.

Este debate no se ha dado solo en Colombia. En los últimos años varios países latinoamericanos se han cuestionado sobre las condiciones necesarias para lograr estándares mayores en términos educativos que puedan ser comparables con otras latitudes, lo que implica combinar adecuadamente nuevos recursos financieros para el sector con priorización de programas y reformas desde el Legislativo y Ejecutivo y las políticas de seguimiento y corresponsabilidad.

El caso más cercano es Brasil, que desde junio cuenta con la aprobación del Congreso de un paquete de medidas integrales en educación. Estas medidas se resumen en 20 metas del Plan Nacional de Educación e incluyen el aumento del 6.4 % al 10 % del PIB.

Somos conscientes de que contar con un presupuesto mayor no es garantía de mejores resultados en términos educativos. Ejemplo de ello es lo sucedido en Argentina, donde a pesar de lograr aumentar al 6 % del PIB su inversión en educación, no logró avanzar. ¿Qué faltó? priorizar, medir, acordar, soñarse la educación que querían y exigir corresponsabilidad.

Colombia cuenta con una inversión en educación del 4,26 % del PIB y se aspira a que en el corto y mediano plazo se tomen las medidas para alcanzar el 7 %. Estamos en un momento clave para que la educación sea realmente un hecho político, es decir, que el sector deje de ser visto como uno de los más rezagados para convertirse en la inversión social más rentable de todos los tiempos.

Y frente a todo esto, ¿con qué se comprometerá el Congreso? La sociedad civil está lista para sumar, si no es ahora, más tarde puede ir a contratiempo.

* Directora ejecutiva de la Fundación Empresarios por la Educación

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