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El profesor Francisco Maturana asistió a seis mundiales consecutivos: dos en el banco como entrenador, uno haciendo las veces de comentarista, dos más en calidad de miembro de la Comisión Técnica de la Fifa y el último como espectador.
Para Brasil 2014 prefirió quedarse en Medellín con el fin de disfrutar el espectáculo más tranquilo, rodeado del cariño y el amor de sus amigos y familiares. "De vez en cuando hay que complacer los sentimientos y el corazón. El fútbol es un punto de encuentro de la gente cercana y quiero vivir este Mundial desde esta dirección", dice el estratega que no descarta la posibilidad de volver a dirigir, siempre y cuando aparezca una propuesta seria, acorde con su estilo de trabajo.
Antes de comenzar las competencias, Maturana manifestó que sus candidatos al título eran España, Alemania y Uruguay. Y frente a la estadística que muestran que ningún seleccionado europeo ha ganado un mundial en suelo americano, señaló que los tiempos han cambiado y que los representantes del Viejo Continente muestran mucha evolución.
Su justificación para no tener a Brasil como candidato es que es un equipo en construcción y considera que la Copa de las Confederaciones que ganó no es el escenario pueda medir su capacidad actual.
El triunfo (3-1) de los auriverdes sobre Croacia, cuestionado por el arbitraje, seguramente no ha cambiado la opinión de Maturana sobre el conjunto anfitrión.
Sobre el conjunto colombiano, aguarda una buena actuación por la experiencia que han adquirido los jugadores en diferentes clubes del mundo. Eso sí, prefiere la mesura para lo que resta del certamen.
"Los colombianos estamos muy cerca del carnaval y muy cerca del Apocalipsis, no tenemos término medio. Uno escucha mesura de los españoles, de los mexicanos, de todas partes". Sin embargo, agregó que la gente tiene derecho a soñar y la forma como clasificó Colombia, con autoridad, no merece ningún reparo. "Nos hizo sentir orgullosos y hay una gratitud por siempre por la alegría que nos brinda"