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Nunca el pentacampeón había sido derrotado 7-1 en una semifinal, menos siendo anfitrión; tampoco nadie había destronado a Ronaldo como máximo anotador de los Mundiales, ni los brasileños habían añorado tanto un pitazo final.
Todo eso sucedió en solo 90 minutos y revolucionó Twitter, donde la tristeza y la euforia generaron más de un millón de mensajes en todo el mundo, según la plataforma Topsy Analytics.
El martes no solo cambiaron la historia del fútbol brasileño y las estadísticas de la selección alemana. En la cancha también se jugaba el futuro político de Dilma Rouseeff y la continuidad de las protestas por sobrecostos del Mundial.
La pobreza, el bajo crecimiento económico de Brasil y la corrupción volvieron a ser un tema relevante tras la derrota. ¿Terminó el pan y circo, en el país del difunto "jogo bonito"? se preguntaban en Twitter algunos analistas y economistas.
La mandataria fue mencionada 1"500.000 veces en Twitter, mucho más que el partido. Todo un récord para un político en épocas de fútbol.
Otros hechos de la semana
Mientras en Brasil se cumple la cita mundialista, en la franja de Gaza no cesan las explosiones, las bombas y los ataques con misiles.
Una nueva ola de violencia entre isrealíes y palestinos también tomó un lugar relevante en las redes sociales, donde se pide paz para esa región e intervención de la comunidad internacional.