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HISTÓRICO
LA ÚLTIMA GUERRA
Por JAIME DUQUE | Publicado
El Abate Pierre, fundador de los Traperos de Emaús, en París, al término de la Segunda Guerra Mundial, dijo que la última guerra será librada en el corazón de las masas, es decir, donde se producen los vicios, los homicidios, la corrupción, la violencia, en fin, el terrorismo.

Tal como lo planteó el grande hombre, para esta empresa no sirven las armas de fuego, ni las fuerzas de policía, sino el poder de la educación y la formación en valores morales y en la convicción de una cultura de los deberes. Es posible que ya estemos en el escenario de esa guerra que puede durar el tiempo que tardemos en darle a la nueva generación la fortaleza necesaria para triunfar contra tan singulares enemigos.

El deber de los padres es, pues, sembrar en la conciencia de los niños y jóvenes los deberes fundamentales de respeto por sí mismos, el principio de que no todo lo que me gusta me conviene, que los derechos del otro son mis deberes y explicarles que el otro puede ser una persona o una familia, o la sociedad o el gobierno, o la naturaleza o Dios.

Es necesario tener en el hogar unas normas que deben ser cumplidas para que el valor de la disciplina empiece a modelar el carácter y la responsabilidad, para que el concepto de libertad se fundamente en el orden y no se corrompa con la idea de que todo vale.

Si los padres cumplen a cabalidad sus deberes de solidaridad con el más necesitado, si muestran que tienen claridad sobre su responsabilidad social, estarán con su ejemplo mostrando el verdadero camino que crea una comunidad con justicia y paz. Solo cuando todos nos consideremos sujetos de deberes y los cumplamos, podremos decir que estamos ganando la última guerra que anunció el Abate Pierre. Esta guerra como puede suponerse es personal y se libra en nuestro corazón y en el corazón de quienes dependen de nosotros.
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