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Como parte de los proyectos de cooperación entre la Alcaldía de Medellín y el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (UN Hábitat), empezó a ejecutarse en la ciudad la iniciativa denominada "Libro Blanco de la Seguridad y la Convivencia".
El Libro Blanco no es un libro, ni un objeto, por lo que tampoco puede ser blanco.
El origen del nombre no deja de ser curioso, pero se trata de una historia larga que no voy a contar acá. El Libro Blanco es un proceso encaminado a focalizar la participación respecto de un asunto de primer orden, que usualmente está monopolizado por las autoridades.
La iniciativa es relativamente nueva y está asociada a la creación del programa mundial "Ciudades más seguras" en 1996, que ahora coordina a nivel mundial el profesional antioqueño Elkin Velásquez. Ya se ha realizó en ciudades como Barcelona, Johannesburgo, Bogotá y Nairobi. Ahora, están empezando a desarrollarse programas en Ciudad Juárez, Perú y Medellín. Todo un síntoma de la importancia que el tema de la seguridad ha cobrado en Latinoamérica.
En Medellín, a fines del pasado semestre, se constituyó el Comité Directivo del proyecto con la participación de destacados líderes cívicos, empresariales, políticos y académicos. Tal comité estableció los derroteros principales del proyecto, en especial los temas centrales de los que se ocuparán las mesas de trabajo durante los próximos meses. Precisamente, este martes 24 de agosto se instalarán oficialmente estas mesas y empezarán a sesionar. La información básica sobre el proyecto y su marcha, así como el canal para que más personas se vinculen a él puede encontrarse en el sitio: blogs.eafit.edu.co/libroblancomedellin.
Tres aclaraciones son importantes. La primera es que no se trata de un proyecto de gobierno. La administración municipal generó el convenio que le dio origen, pero se trata de un proceso autónomo de un grupo de ciudadanos que quieren sentarse a deliberar sobre el problema de la seguridad y hacer un aporte, cualquiera sea su valor final, a la ciudad toda y a todos sus sectores dirigentes.
La segunda, es que tampoco se trata de un ejercicio paralelo o separado de la administración municipal ni de los organismos encargados de la seguridad en la ciudad.
El proyecto Libro Blanco busca contribuir modestamente a la función constitucional y legal que distintas instituciones tienen asignada respecto al tema.
La última aclaración es que se trata de un ejercicio de reflexión y deliberación, donde se busca recoger opiniones sobre el diagnóstico pero, sobre todo, sugerencias y propuestas para mejorar la situación de la ciudad en materia de seguridad y convivencia en el futuro inmediato. Por tanto, no se busca hacer acuerdos ni establecer consensos, sino canalizar la discusión y las posturas de ciudadanos interesados en el tema.
Se espera que al terminar este año se puedan sistematizar las conversaciones, opiniones y debates recogidos y entregarle a la ciudad una memoria que pueda servir de referencia a las autoridades pertinentes de la ciudad, tanto a las actuales como a las futuras.