viernes
7 y 9
7 y 9
Antes de que el cuerpo de Gabriel García Márquez abandonara la tierra, cuando fue hospitalizado por última vez en México, mandó un mensaje claro a los periodistas que rondaban el hospital como buitres: "¡Que se vayan a trabajar…". Apenas ahora estoy comprendiendo esta frase después de ver los especiales que se le han hecho en radio, televisión y prensa.
Creo que cuando dijo eso estaba pensando que si los periodistas que estaban pendientes de él lo querían tanto, lo mejor que podían hacer era irse para las salas de redacción a leerlo detenidamente para comprenderlo desde sus obras, como debe ser, no tanto desde su figura.
Y creo que ciertos periodistas no lo entendieron y por eso bastantes medios se limitaron a evocar al hombre y sus anécdotas, mas no el significado profundo de su literatura. Los invitados fueron, casi siempre, quienes lo conocieron, los que decían ser sus amigos; sin embargo, extrañé en esos cubrimientos larguísimos y en los muchos especiales que han pasado y circulado, el análisis literario de sus obras, hablar en serio de literatura. ¿Qué hizo, por ejemplo, que "Cien años de soledad" transformara la literatura latinoamericana, qué esconde esa escritura? O ¿por qué algunos críticos dicen que la novela más perfecta de él es "El coronel no tiene quien le escriba", al igual que otros afirman que "Memoria de mis putas tristes" es su peor novela?
Y digo esto porque cuando se muere un escritor no se nos puede olvidar que si es reconocido por millares de personas en el mundo, como es el caso, lo que lo hizo famoso fueron sus cuentos o sus novelas, no tanto el tipo de persona que era. García Márquez fue un autor que escribió con muchísima disciplina y cada "Babilonia" que construyó fue hecha reinventando su técnica, analizando muy bien cómo era imposible que se derrumbara el armazón. Eso le dio algo que no creo que buscara: la fama, él escribía por necesidad, porque creía que tenía que contar un montón de cosas para no ahogarse, no como un puñado de escritores de aquí y otras partes que sin escribir quieren que los adulen, les alaben eternamente una frasecita casual que les salió bien.
Por eso, repito, extrañé mucho que en la mayoría de esos especiales llevaran más "amigólogos de Gabo" que expertos en literatura que provocaran una gran inquietud sobre la obra del gran escritor, como debe ser en temas literarios, y más ahora cuando estoy seguro de que los jóvenes supieron quién murió pero pocos entienden la relevancia de sus novelas. Concentrémonos en lo importante para que no nos quedemos en los comentarios ramplones de ciertas personas que muy seguramente no habrán leído tanto a García Márquez y por eso confunden las puertas de la gloria con las del infierno. Todavía hay tiempo, al fin y al cabo el gran Gabriel García Márquez nunca dejará de ser noticia.