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Hace 30 años, a Francisco Zuluaga Giraldo, uno de los zootecnistas de Solla, le tocaba capar cerdos, diagnosticar gallinas enfermas y hasta de paso, ver que le estaba pasando al perro de la finca que visitaba, que no había vuelto a ladrar.
Él es uno de los asesores de esta empresa, pionera en la fabricación de alimentos concentrados para animales, fundada por Aurelio Llano Posada y Gilberto Soto Londoño el 12 de julio de 1948. En otras palabras, una firma que cumplirá 65 años el próximo 12 de julio.
Pacho, uno de esos profesionales en temas del campo que en la oficina se aburre más que animal enjaulado, cuenta que en ese tiempo, cuando él empezó, no había tantas especializaciones como ahora, cuando él y todos los zootecnistas atienden solamente su especialidad. La suya es la de cerdos. Y ya no hacen cirugías.
La asesoría técnica que presta Solla siempre ha existido y es gratuita. Los asesores se reparten el país por zonas y visitan las fincas para acompañar a los ganaderos, los caballistas, los avicultores, grandes y pequeños, para que obtengan mayor producción.
A veces no se trata de clientes de Solla, pero, como dice Pacho, luego de recibir las recomendaciones técnicas, muchos de ellos se pasan a los productos de esta firma.
La compañía surgió por una necesidad de los vaqueros. Según explican Humberto Mejía, asesor y quien ha manejado las fórmulas de los cuidos; Raúl Mejía, vicepresidente de Operaciones, y Juan Guillermo Jaramillo, vicepresidente de Logística, hace 65 años se efectuaban las primeras importaciones de ganado lechero desde Estados Unidos y los ganaderos no sabían cómo alimentarlo, ya que a los nuevos ejemplares no les bastaba con la hierba y las sales que consumía el ganado criollo que hasta entonces ordeñaban en estas tierras.
Fue entonces cuando Aurelio y Gilberto, el primero, agrónomo, el segundo con conocimientos de farmacia, desarrollaron los cuidos que esos animales necesitaban. Pronto abrieron plantas en otras partes del país, para llegar a más productores.
Cuentan los tres funcionarios, que desde el principio, los fundadores fueron desarrollando la experimentación de tecnologías y productos, en granjas destinadas a hacer pruebas.
“Quiero ensayar con cascarilla o semilla de algodón”, le decía Aurelio a Humberto, por ejemplo, y analizaban los beneficios. Antes de la apertura económica del país, dispuesta en el decenio del 90 del siglo XX, poco o nada podían importar.
De modo que Solla compraba gran parte de la producción de sorgo de Tolima y regiones cercanas. Ahora importa trigo y otros cereales necesarios para los cuidos. Entre estos, el Nutrecán es la marca estrella de la empresa. El alimento de perros lo venden hasta por kilos en las tiendas de barrio.
Primero era uno solo para todas las clases de canes; ahora, hay un cuido para perros viejos, otro para cachorros, y tienen un saborizante para el mejor amigo del hombre coma rápido y no deje un grano.