De un lado del estrado, los testigos en contra señalan a
Luis Alfredo Ramos Botero de ayudarles a los paramilitares a cambio de dinero y favores.
Del otro, la defensa del exgobernador argumenta que dichos testigos son "unos mentirosos", interesados en enterrar al político para obtener beneficios judiciales.
Así está el panorama en la contienda judicial del barón político antioqueño, quien ajustó 9 meses recluido en una guarnición militar de Bogotá, a la espera de confrontar cara a cara a sus acusadores.
La Procuraduría solicitó a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que precluya la investigación, por considerar que no hay evidencias suficientes, aunque los analistas han dicho que los magistrados no acusan a nadie sin "ir a la fija".
La primera vez que citaron a Ramos fue en 2007, en calidad de testigo en el caso del exsenador
Óscar Suárez Mira, copartidario suyo en Alas Equipo Colombia.
En la diligencia, el exgobernador negó saber de reuniones de Suárez con paramilitares. Sin embargo, en 2013 admitió por radio que asistió con él a una cita en Bello, junto a tres jefes de las Auc (2004). Esa inconsistencia podría cobrársela la CSJ.
Lo que se viene
Ramos se sostiene en su inocencia, la cual tendrá que demostrar en un juicio oral por la conducta de concierto para delinquir agravado.
Antes habrá una audiencia preliminar, en la que las partes expondrán las pruebas y testimonios que se debatirán.
Allí estarán varios de los protagonistas que presentamos a continuación, los cuales serán las piezas clave en el expediente del excongresista.
"Ese Areiza y "Alberto Guerrero" están cometiendo una infamia contra mi papá", asevera
Esteban Ramos.
Se refiere a los principales testigos que acusan su padre,
Pablo Sierra ("Alberto Guerrero") y
Carlos Areiza ("Papo").
En la sentencia de la CSJ contra Suárez Mira (Acta N°236 de 2013), consta que a la cuestionada reunión de Bello asistieron "Alberto Guerrero", "Julián Bolívar" y "Ernesto Báez", por las Auc; del Congreso iban Ramos, Suárez y
Ramiro Velásquez. Eran los tiempos en que se tramitaba en el Capitolio la Ley de Justicia y Paz.
"Esto siempre fue de amigos, las Autodefensas siempre buscando los amigos, de amigos referidos, el uno refería a otro, el otro a otros, esto fue de amistad, por decirlo de alguna manera, porque a nadie se obligó a ir a esas reuniones", indicó Sierra.
Por su parte, Areiza dijo que Ramos recibió plata de la Casa Castaño en 2002.
Este declarante es un viejo conocido de la CSJ, pues en 2010 esa corporación le inadmitió un recurso de casación con el que pretendía tumbar una condena en su contra por tentativa de extorsión (proceso N°34515).
Areiza ha sido informante en varios casos llevados por la Sijín y el CTI, pero no siempre sus datos lograron corroborarse, razón por la cual la defensa de Ramos, encabezada por el jurista
Luis Gustavo Moreno, pretende desvirtuar sus actuales señalamientos.
En el expediente por el homicidio del dragoneante del Inpec
Yebrail Suárez Leal, cometido el 28/1/08 en Bello, el Juzgado 11 Penal del Circuito Especializado de Bogotá hizo énfasis en que el testigo Areiza persistió en cambiar su versión de los hechos en el juicio, "para obtener beneficios judiciales por colaboración con la justicia" (sentencia de radicado N°050016000206-2008-0242600).
En ese caso, dos sicarios fueron condenados.
La defensa también busca deslegitimar las declaraciones de "Alberto Guerrero", quien fue denunciado por calumnia por el expresidente
Álvaro Uribe Vélez, a quien el convicto señaló de ser un precursor del paramilitarismo.
"Todo lo que está diciendo es para bregar a entrar a Justicia y Paz", con sus beneficios, le replicó
Santiago Uribe Vélez en una entrevista radial.
La estrategia de la defensa se complementa con testimonios y evidencias para demostrar que Ramos ha tenido una carrera política "sin tacha".
En los interrogatorios previos, a favor del político hablaron, entre otros, el exfiscal General (e)
Guillermo Mendoza Diago y el economista
Jorge Valencia Jaramillo, quien también fue senador, alcalde de Medellín y Ministro de Desarrollo Económico.
Falsos o no, los testimonios de Sierra y Areiza truncaron la precandidatura presidencial de Ramos por el Centro Democrático. Tras el juicio se sabrá si tenían razón o fue un montaje.