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Los más preciados manuscritos de la Biblioteca Apostólica Vaticana, una de las más antiguas y custodiadas del planeta, ya no son un privilegio para selectísimos investigadores.
A partir de hoy usted puede consultar a través de su teléfono móvil y en alta definición ilustraciones de la Divina Comedia, de Sandro Botticelli, del siglo XV; un manuscrito azteca precolombino procedente de Puebla, México, del siglo XV o un juramento firmado por 42 cristianos de Kuchinotzu, Japón en el siglo XVII en la página web de la "Biblioteca del Papa" y totalmente gratis.
Dichas obras hacen parte de una gigantesca preservación digital que la Biblioteca Apostólica Vaticana está realizando con 82.000 documentos en la página http://digital.vatlib.it/.
En el transcurso de unos siete meses, y con la ayuda de la empresa japonesa NTT Data, la biblioteca ha catalogado cerca de 4.500 manuscritos en línea, y se espera llegar a la marca de 15 mil en los próximos cuatro años, cuando termina la primera fase del contrato.
Monseñor Cesare Pasini, prefecto de la Biblioteca Apostólica Vaticana, llamó el proyecto "un verdadero esfuerzo en favor de la conservación y la difusión del conocimiento al servicio de la cultura". Pasini también explica en el sitio web de la biblioteca que el proyecto podría eventualmente alcanzar las 40 millones de páginas digitalizadas y ocupar 43 petabytes de memoria.
El Vaticano espera que la empresa japonesa se tome por lo menos 15 años en digitalizar todo el material de la Biblioteca, lo que puede costar 63 millones de dólares.
La más secreta
La Biblioteca del Vaticano es uno de los misterios más antiguos del mundo. Fue fundada en 1448 y tiene más de 80 mil manuscritos, grabados, dibujos, placas e incunables, y 1,5 millones de libros que no se podían tomar prestados libros de ese lugar antes de la década de 1760.
También tiene en sus archivos cartas de importantes entre figuras históricas, dibujos y notas de artistas y científicos como Miguel Ángel y Galileo, así como tratados de todas las épocas de la historia.
Las reglas siguen siendo estrictas: Incluso usted puede perder sus derechos de préstamo hoy si rompe reglas de la casa como entregar un ejemplar tarde. Si es un libro de particular importancia, puede recibir una amonestación escrita del Papa Francisco.
Democratizar los "tesoros"
Ryo Ikenoue, uno de los coordinadores del proyecto, explicó que las dos metas fundamentales de esta labor de digitalización son "poner los manuscritos a disposición de un público más amplio y preservarlos de un eventual daño futuro".
"Este trabajo permitirá preservar este material bibliográfico para la eternidad", explicó a Efe otro de los coordinadores del proyecto, Antonio Massari.
El italiano aseguró que esta tarea permitirá evitar el daño que el paso del tiempo y el uso puedan causar a los manuscritos originales.
Por esa razón, después de que se digitalizan, las unidades auténticas se almacenan en búnkers anti-atómicos con temperatura y humedad controlada.
Asimismo, esta digitalización permitirá globalizar la accesibilidad a los documentos vaticanos, que actualmente solo pueden ser consultados "de forma excepcional por un público muy reducido en las instalaciones de la biblioteca", explicó.
"En estos momentos, muy poca gente puede acceder a los manuscritos y debe presentar una justificación para consultarlos. Uno de los objetivos principales del proyecto es acabar con esta situación tan restrictiva y dar una mayor visibilidad a los archivos", señaló el coordinador del trabajo sobre las instalaciones en las que sólo pueden entrar 200 consultores a la vez.
Para los estudiantes
Esta transformación de los documentos a soporte digital posibilitará, por ejemplo, que los estudiantes universitarios que precisen recurrir a los documentos puedan hacerlo "de forma mucho más sencilla y rápida".
En esta línea, Massari recalcó que gran parte del contenido de los archivos ha permanecido ignorado hasta la fecha, por lo que estas labores permitirán también arrojar luz sobre el material que integra la Biblioteca Vaticana.
"Puede parecer increíble pero, en la actualidad se desconoce el contenido de más del 80 por ciento de los documentos de la colección, una circunstancia que solucionará la digitalización de los documentos", recalcó.
En este sentido, el italiano añadió que este proceso servirá no solo para conocer el cuerpo de los escritos sino también para revelar posibles anotaciones al margen que puedan presentar.
"La tecnología nos da la oportunidad de pensar en el pasado mientras miramos hacia el futuro. Gracias a Internet, la biblioteca puede llegar a ser verdaderamente un patrimonio común, de libre acceso para todos, en cualquier lugar y en cualquier momento de la historia", concluyó Massari.