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La industria colombiana seguirá en cuidados intensivos durante este año y solo mostrará signos de recuperación en 2014, para cuando los empresarios esperan poder crecer entre el 4 y 5 por ciento, al ritmo que se proyecta se expanda la economía nacional.
Así lo estima Luis Carlos Villegas Echeverri, presidente de la Andi, quien recuerda que la crisis internacional llegó tarde a Colombia y en igual medida no será la primera en retomar la senda de crecimiento (ver entrevista).
Lo cierto es que la producción de los 45 subsectores manufactureros que mide el Dane vienen en una descolgada desde noviembre de 2006, cuando alcanzó picos de 15 por ciento de crecimiento real y a enero pasado retrocedió a -1,66. Sin contar que las ventas vienen cuesta abajo desde febrero de 2012, para tener un crecimiento anual de prácticamente cero (ver gráficos).
Más allá de si el sector está en crisis o hay una desindustrialización, con unos signos vitales tan débiles, el problema es del país entero: hoy uno de cada tres empleos formales son generados por actividades manufactureras y la industria pesa un 14 por ciento de la actividad económica total y es el mayor generador de encadenamientos productivos.
"Decidimos dejar de ganar plata este año con tal de no salir de nadie. Ahora hay que tomar medidas para sostenerse, la pauta no la marca el dólar sino la productividad, coger la maleta y salir a buscar más nichos de mercado", comenta Israel Bluman Levy, gerente de C.I. Iblu, fábrica de confecciones con 700 empleados y ventas en Colombia, Estados Unidos México, Costa Rica y Perú.
Agrega este empresario que así se tenga la plata para invertir y mejorar el negocio, es mejor esperar en un país "lleno de nerviosismo" ante una reforma tributaria no asimilada, un proceso de paz sin definiciones y otras reformas en curso (salud y pensiones).
La encrucijada de la industria nacional se resume así: bajó la demanda extranjera por la crisis internacional; la demanda interna no da señales de franca mejoría; los costos de producción son altos, en especial, por el "arancel" geográfico que facturan las precarias vías del país, como por la factura alta de energía; de puertas para adentro, muchas empresas, sobre todo pequeñas y medianas, no tienen con qué ganar eficiencia e innnovación mientras estrechan sus márgenes de rentabilidad; de puertas para afuera falta identificar, conocer y penetrar nuevos mercados.
Y faltan dos ingredientes que se salen de las manos de los industriales y del mismo Gobierno: una competencia para la que no se preparó suficiente el sector y una apreciación del peso frente al dólar, consecuencia de una inversión extranjera directa que marcó récord en 2012 (15.862 millones de dólares) y el auge exportador de petróleo y minerales que deterioró la balanza comercial.
Así las cosas, Leonardo Villar Gómez, director de Fedesarrollo, considera que llegó la hora de que la industria nacional se especialice en sectores,igual que los esfuerzos oficiales para su competitividad (ver entrevista).
Por ahora, la industria de alimentos y de vehículos muestran signos de recuperación, confecciones mantiene su dinámica, mientras los sectores del plástico, químicos y textiles viven una de sus peores noches.
Base exportadora pequeña
Según la Andi, un promedio de 40 por ciento de la producción de sus 1.500 afiliados se envía al exterior. Aún así, la base exportadora colombiana es débil frente al universo de compañías registradas.
Un estudio reciente de Confecámaras arrojó que de 1,23 millones de empresas del país solo 9.931 exportan, de las cuales una quinta parte son grandes, la mitad son pequeñas y medianas empresas y las micros ajustan el tercio restante.
Y con una base exportadora tan pequeña, el país tuvo un récord histórico de exportaciones en 2012 de 60.666 millones de dólares. Claro está, solo el 17,1 por ciento son manufacturas, 3,8 veces menos que lo sumado por crudo y minería.
Ante esa asimetría, preocupa más que la realidad estadística muestra que las empresas no han aprovechado del todo los nueve Tratados de LIbre Comercio Vigentes (TLC) con 17 países.
Por ejemplo, en 2012, luego de 8 meses de TLC con Estados Unidos, las ventas totales a ese país crecieron solo 11 millones de dólares hasta 21.980 millones y apenas un 6 por ciento corresponde a industria manufacturera. Pero las exportaciones cayeron a Suiza y Canadá, en ambos casos 24 por ciento, a Bolivia (-11,4), Argentina (-5,6) y Brasil (-5,3), por dar algunos ejemplos.
"La política pública sigue excesivamente montada en procesos negociadores donde los impactos comerciales serán tardíos, mientras los TLC ya vigentes no se están aprovechando de la mejora manera ni facilitando a la industria llegar a ellos", concluye Ricardo Duarte, socio de Duarte García Abogados y exviceministro de Desarrollo Empresarial
Con esta realidad, con un mercado abierto, la industria no la tiene fácil, mientras que el Gobierno toma nota de los consejos de la Andi y dice que anunciará medidas de choque para el sector el próximo 15 de abril. Por ahora, la recuperación de la industria será lenta.