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La problemática de la droga ha sido persistente a lo largo de la historia de la humanidad pero, a no dudarlo, las últimas décadas demuestran con creces hasta qué extremos se ha llegado con este grave fenómeno; es más, si algo está hoy claro es el estruendoso fracaso de gran parte de las políticas criminales ensayadas para combatir esas sustancias en todas sus manifestaciones; por ello la Comunidad de Naciones se empeña en buscar otros rumbos.
Ahora, gana terreno la opinión según la cual la represión como única herramienta de lucha contra el flagelo de las drogas ilegales es un medio ineficaz que, además, maximiza y potencia los peligros. Las pruebas empíricas se constatan a diario: crecimiento inusitado del número de consumidores; aumento del volumen de los alijos de droga incautados; y la aparición de bandas criminales dedicadas a tan lucrativo negocio, con la consiguiente expansión de cultivos, laboratorios de procesamiento y compraventa de precursores. A ello, añádanse el deterioro de los valores sociales; los gravísimos atentados contra la salubridad pública y el ecosistema; y el resquebrajamiento de las bases mismas del Estado capitalista en países como los del Cono Sur, con sus secuelas de corrupción generalizada, terrorismo, miseria y acumulación de capitales en pocas manos.
Como dice José Miguel Insulza, secretario general de la OEA: "La actividad ilícita ha propiciado el surgimiento de gigantescas redes delictuales transnacionales, que han expandido sus acciones para abarcar, además de la producción y venta de drogas controladas, el tráfico ilícito y venta de armas, la piratería y el contrabando, la trata de personas, el control y explotación de la prostitución, el robo, la minería ilegal, el secuestro y la extorsión, el tráfico de migrantes y de órganos, entre otras actividades criminales". http://www.oas.org/es/centro_noticias/discurso.asp?sCodigo=13-0029).
Pero mientras en las últimas décadas avanzó y se consolidó la llamada "guerra contra las drogas" y se nos hizo creer que solo existía un tráfico nocivo e ilegal del cual eran aparentes "víctimas" los países desarrollados y "victimarios" los de la periferia; también otro nefasto comercio caminó a pasos raudos: el del mercado legal de la droga llamado "narcotráfico legal" (Del Olmo, Londoño Berrío y Saavedra Rojas), activado por la industria farmacéutica trasnacional controlada por los países más poderosos, que inundó nuestros países de psicofármacos y generó un mercado de consumidores y adictos con dimensiones de epidemia. Por ello, se habló de un tráfico de drogas de "doble vía", en atención a si se utilizaba o no el sistema penal como vehículo para reprimir o fomentar el fenómeno y según el origen de las drogas: los países centrales o la periferia.
En este contexto, en estos días el debate nacional sobre el asunto se ha agitado a raíz de la presentación del Proyecto de Ley n.° 27 de 2014 en el Senado que firma el campanudo Senador Galán Pachón, mediante el cual se permite "el uso del cannabis en el territorio nacional colombiano (sic), exclusivamente para uso terapéutico o medicinal" y se autoriza "al Gobierno Nacional, el cultivo, cosecha y uso del cannabis, con fines de investigación científica o para la elaboración de productos terapéuticos o medicinales"; y, en fin, se faculta a aquel para aprobar "proyectos de investigación relacionados con las cepas de cannabis para regular su uso terapéutico y medicinal".
Por supuesto, esa inconveniente propuesta ignora que en Colombia es lícito cultivar hasta 20 plantas y que la Convención Única de 1961 incorporada al ordenamiento permite el empleo medicinal de la sustancia; no se requiere, pues, ninguna autorización legal. Por eso, su finalidad es solo electoral y, para acabar de ajustar, ni siquiera plantea el necesario debate sobre la legalización en un momento en el cual todos los esfuerzos deberían enderezarse al estudio de los acuerdos suscritos entre las partes sentadas en La Habana que, por cierto, esbozan una clara política integral de drogas sobre la cual nada se ha dicho (Comunicado conjunto número 36, 16 de mayo).