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HISTÓRICO
Matoneo afecta a cuarta parte de los estudiantes
Por LILLIANA VÉLEZ DE RESTREPO | Publicado
Después de recorrer el barrio y caminar sus calles, es necesario abrir unas rejas si quieres entrar a la escuela, y para ello se requiere firmar el libro de visitas manejado por un guardia de seguridad privada que hace la celaduría de la puerta y autoriza las entradas y salidas de la institución educativa.

"Rejas, verjas, mallas, muros, vigilantes y puertas con doble llave buscan detener violencias, conflictos e intimidaciones que transitan por las comunas o la ciudad. Pero a pesar de todas esas medidas, la agresión, el matoneo, el acoso, entran sin ser vistos, incorporados, enquistados en las interacciones cotidianas, donde se ponen en juego o se imponen modelos autoritarios y guerreristas de relacionarse con el otro y ejercer el poder".

La radiografía la hace Abraham Magendzo K ., investigador y pensador chileno en educación, doctorado en Educación en la Universidad de California, en Estados Unidos.

Su visión la comparte Alfredo Ghiso Cotos , docente investigador, coordinador del Laboratorio Universitario de Estudios Sociales del grupo de investigación de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Fundación Universitaria Luis Amigó.

Se refieren a un problema generalizado en el mundo occidental, como precisa la escritora y educadora familiar Ángela Marulanda , que esta semana, en Itagüí, cobró la vida de un pequeño de doce años de edad.

Actos violentos
Se trata de la intimidación, ese hostigamiento, acoso y amenaza sistemática de parte de un estudiante o de un grupo de estudiantes hacia un alumno, que muchos conocen con el término de bullying.

Esta intimidación "ha sido identificada como uno de los tantos comportamientos violentos que existen en el ámbito escolar. La intimidación, al igual que otros actos violentos, ha sido vinculada con situaciones de conflicto y con la agresividad. Su fin es lesionar a otro, producir daño, destruir, contrariar o humillar", precisa Alfredo Ghiso.

Agrega entonces que las estadísticas en Medellín señalan que una cuarta parte de la población estudiantil ha sido víctima, en algún momento, de acoso escolar.

La estadística es fruto del estudio del Observatorio sobre violencias escolares que, desde el año pasado y gracias a un trabajo interdisciplinario, deja en claro que "es un problema complejo que no se puede tratar desde una sola perspectiva", explica María Nelsy Rodríguez , directora del Centro de investigaciones educativas y pedagógicas, de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en datos de 35 países: 15 por ciento de los niños de 11 años y el 9 por ciento de 15 años de edad han sufrido intimidación.

En Colombia, el 29 por ciento de los estudiantes de quinto grado y el 15 por ciento de los de noveno han sido intimidados en los últimos dos meses, de acuerdo con un estudio realizado en 50.000 estudiantes que reseña la Corporación Colombiana de Padres y Madres RedPaPaz. Los expertos citados coinciden en que la intimidación o acoso escolar no es un problema de niños, aislado, sino de la sociedad, con un común denominador: la violencia.

Sigmund Freud hablaba de un malestar de la cultura, pero es un malestar exacerbado por una serie de mecanismos que están relacionados tanto con la cultura como con las decisiones, las formas en las que nosotros construimos lo social, manifiesta Alfredo Ghiso.

Y se pregunta: ¿de qué ciudadanía vas a hablar cuando los problemas se resuelven al estilo de amenazas? Hay ejemplos de prohombres que actúan agresivamente. Entonces ¿qué le podes pedir a la niñez? A ello hay que agregar el papel que juegan algunos medios de comunicación al resaltar figuras como los capos que de alguna manera socializan la forma de comportarse con otros y de actuar en contra de los derechos del otro".

El entorno pesa, al igual que la falta presencial de los padres, como señala Ángela Marulanda . "Se necesita mucha presencia afectiva y efectiva de parte de los hijos que, gran parte del tiempo están conectados a aparatos pero no pueden crear vínculos porque para ello es preciso tejer relaciones sociales".

Ciberbullying
La intimidación escolar no conoce de clases sociales ni de diferencias sexuales. Tanto hombres como mujeres pueden constituirse en agresores. "Quizás la diferencia se da en que en el caso de las chicas es un bullying más social, el ciberbullying, y en los chicos se manifiesta, como en el caso de Itagüí, con golpes y agresiones físicas, aunque esto no descarta que las chicas se agarren a golpes", indica Alfredo Ghiso.

Por su parte Diego Buitrago , abogado experto en derecho informático, el término de ciberbullying no aplica. "Hay que ser precisos con los términos. No se puede hablar de ciberbullying sino de vulneración del derecho fundamental de la intimidad. Montar fotos o videos sin autorización, así como publicar cosas no ciertas para generar daño con datos personales es una vulneración a los derechos de la intimidad y de la información", precisó.

De ahí la importancia de supervisar la navegación de los menores en Internet. La empresa de seguridad informática Norton aconseja: tener mucho cuidado al hacer clic en los links que se envían a través de mails, mensajería instantánea y redes sociales.

Utilizar contraseñas difíciles y únicas para cada cuenta y dispositivos, especialmente en el celular. No compartir contraseñas con personas diferentes a los padres.

Siempre cerrar sesiones de las cuentas, para que otros no tengan acceso a ellas. No realizar compras o descargas en línea sin autorización de los padres.

Instalar únicamente aplicaciones que se encuentran en las tiendas oficiales de los dispositivos. Controlar los contenidos que se comparte en internet y hacer uso adecuado de las configuraciones de privacidad.

Ser amable en la red y quitar publicaciones si así lo solicitan. Reportar siempre el ciber acoso. Reportar a los padres o a un adulto responsable, cada una de las cosas que se vean sospechosas o amenazantes.

Siempre tener protegidos los dispositivos, tales como computadores y smartphones, con software de seguridad actualizados.

¿Qué hacer para evitarlo?
Ángela Marulanda insiste en la necesidad de que además de la atención que deben prestar los padres a sus hijos, es urgente que las instituciones educativas implementen medidas de vigilancia y control. "Además de enfatizar en la enseñanza de valores, deben instalar cámaras para observar el comportamiento de los estudiantes y evitar casos como el Itagüí donde ya estamos hablando de un acto criminal".

Sugirió la realización de bazares o actividades comunitarias para recaudar los fondos para las cámaras, así como la importancia de aplicar sanciones y dar ejemplo.

Por su parte el gobernador, Sergio Fajardo , señaló que los casos de violencia o acoso escolar hay que hacerlos visibles para avanzar en las soluciones. "Hagámoslo público, reconozcámoslo como problema para que lo podamos enfrentar".

Pidió a los rectores de los colegios liderar procesos de reflexión y acciones sobre el tema. "Si le echamos tierrita y no lo reconocemos no vamos a avanzar".
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