<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
HISTÓRICO
Máxima aceleración en el Iván de Bedout
  • Máxima aceleración en el Iván de Bedout | FOTO MANUEL SALDARRIAGA
    Máxima aceleración en el Iván de Bedout | FOTO MANUEL SALDARRIAGA
Por JULIO CÉSAR ACOSTA V. Y JHEYNER A. DURANGO HURTADO | Publicado

Cada vez que aceleran sus máquinas el sonido es ensordecedor, máxime si lo hacen en un escenario cubierto como el coliseo Iván de Bedout, donde cada quien intenta imprimirles potencia a sus motocicletas para evitar que estas se queden "atrapadas" entre los obstáculos.

Todos los competidores del Endurocross Internacional, que ayer tuvo su primer día en Medellín, sabe que para completar un número determinado de vueltas en el menor tiempo posible los lleva a exigirse a fondo, generando, de paso, duelos hombro a hombro.

Esta disciplina requiere una buena técnica para superar piedras, llantas o troncos a gran velocidad, sin atrancarse ni caer. Pero, por lo general, nadie se escapa a un golpe, ni siquiera figuras mundialistas como Cody Webb, Mike Brown y Kyle Redmond, quienes debieron tocar el piso con sus pies y dejar pasar al que maniobró mejor su moto.

"Este es un deporte de mucha técnica, que requiere de concentración y habilidad para pasar los obstáculos. Es muy difícil pasarlos sin tocar el piso e incluso caerse", manifiesta Santiago Agudelo, corredor de Manizales (Team Motar), mientras observa, desde la tribuna, los pilotos que compiten en la categoría W1. Él lo hace en PRO.

Son cuatro las divisiones y 40 los pilotos, pero las miradas y los aplausos son para los de élite que demuestran mayor experiencia y habilidad en el recorrido de la pista, llena de barro, palos, llantas gigantes y piedras.

El ruido de las motos se mezcla en una combinación ensordecedora con el fondo de la música electrónica. No faltan los gritos del público al ver la caída de un piloto o el atrevimiento de otro, tratando de volar lo más alto, en el único salto que lo permitía. "Acá no se ven maniobras voladoras, lo importante es pasar los obstáculos que se hacen casi a ras de piso y tratar de sacar la mayor velocidad posible a la moto", cuenta Cobby Webb.

Y entre vuelta y vuelta, el coliseo se fue llenando para ver un espectáculo extremo único en Medellín que hoy cerrará con una jornada desde la 1:00 p.m.

x