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La responsabilidad le quita espacio a la felicidad de Leonel Álvarez. Todo, porque el estratega está convencido de que "me metí en la grande", por haber alcanzado la quinta estrella con Independiente Medellín.
El técnico escarlata aprovechará este resto de fin de año para disfrutar su estreno como campeón del fútbol colombiano, pero también tiene claro de la responsabilidad que se le viene el próximo año con la disputa de la Copa Santander Libertadores, en el torneo que le quita el sueño a más de uno.
Su próximo objetivo profesional es llegar lejos en el torneo internacional, el cual ya ganó como jugador en 1989. Con ese fin programó el retorno a trabajos el 4 de enero de 2010.
¿Cómo se siente después del título?
"Feliz por lograr algo que varios técnicos con muchos años de trabajo no han podido. Ser campeón no es fácil y por eso me toca disfrutar bien de todo esto".
¿Cuál es la diferencia de ser campeón como jugador a técnico?
"Es parecido, aunque hay más responsabilidad, especialmente cuando es agradecido y se acuerda de todas las personas que te ayudaron y las instituciones que te dieron la oportunidad".
¿Cuáles son sus metas para el 2010 con Independiente Medellín?
"Estoy disfrutando, pero también reconozco que me metí en la grande, pues ahora tocará sostener el fútbol y hacer una buena Copa Libertadores. Apenas pase la celebración nos toca cambiar el chip, producir de nuevo y pensar en el 2010 con mayor responsabilidad para conseguir muchas cosas buenas".
¿Por qué se alcanzó la quinta estrella?
"El objetivo siempre fue llegar a la estrella, pero con humildad, trabajo y credibilidad en lo que hacíamos. Para alcanzar el título tocó conjugar buen juego, entrega, sentido de pertenencia, humildad y salir a proponer en casa y de visitante".
¿Dónde estuvo la clave del éxito?
"En darle responsabilidad a los paisas, pues con siete de ellos armamos un buen grupo que fue reforzado por Aldo, Mosquera, Pardo, Rivas y Martínez para conseguir algo meritorio dando ejemplo de buen fútbol".
¿Además de fútbol qué puso el DIM?
"Había que poner el alma y el corazón. Eso fue lo que le transmití desde el inicio a los que creyeron en el proyecto".
¿Qué otras cosas ganó el DIM?
"Con nuestro fútbol, propuesta y la estrella recuperamos una hinchada que se había alejado. Esto deja más satisfacción, aunque yo sólo hice unos retoques a la base que dejó Santiago Escobar".
¿Por qué tanto amor de su parte para este equipo?
"Medellín fue el equipo que me dio la oportunidad de jugar mi primer partido en un proyecto con un grupo joven y mucha credibilidad. Y ahora en esta etapa el DIM me da la posibilidad de ser entrenador. Todo acá ha sido especial conmigo en la búsqueda del éxito en un equipo que me ha servido de trampolín en mi carrera y eso es algo que uno tiene que agradecer".
¿Cuáles son sus profesores en el fútbol?
"Hugo Gallego, Diego Umaña, Hernán Bolillo Gómez, Pacho Maturana, Julio Comesaña y Santiago Escobar".
¿A qué se debe su éxito?
"Siempre entendí que debía ser diferente y convincente. Con ese fin armamos un equipo que generara fútbol con jugadores atrevidos que siempre pensaran en agradar a la tribuna".
¿Visitará a Remedios y Zamora?
"Hace mucho rato que no voy a mi pueblo, pero soy un buen remediano. De allá me trajeron muy pequeño a Zamora, la tierra que enamora, y que recuerdo mucho, porque uno no puede dejar de amar a su barrio, más cuando allá empecé a construir mis sueños para ayudarle a mi madre y mis hermanas".
¿A quién le dedicó el triunfo?
"Primero a los jugadores, porque sin ellos no hubiéramos conseguido nada, y luego a todo mi equipo de trabajo y a los directivos que creyeron en mi".
¿De su futuro qué?
"Quiero ser un instrumento para que el fútbol colombiano siga creciendo, porque hay un buen material humano en este país. Siento que mucha gente me ama y desea que me vaya bien y eso hace que tenga mayor compromiso y trabaje mejor. Tengo fe en mi trabajo y sé que todo llegará en su momento, porque esto no termina acá".