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La mano de la mujer sale del agua. Bueno, del agua verde que es la grama, mientras atrás de ella quedan las estelas de flores, de muchas flores, diferentes, unas amarillas, verdes, de hojas solas, unas más grandes, como si la nadadora hubiese dado una patada más fuerte. Y donde la mano se hunde, unas flores blancas, altas, delgadas. La llegada de la primavera es el nombre del jardín, hecho por Stefano Giovannini, de Asturias.
Y no tiene que ir muy lejos para llegar a Bilbao. Los jardines de exposición, urbanos, singulares e interesantes de la ciudad española, hacen su juego natural en los nuevos coliseos de la unidad deportiva Atanasio Girardot. Sí, de Medellín.
Bilbaojardín es un concurso internacional de jardines que nació en la primavera del año 2007 y que convierte a Bilbao en una ciudad protagonista, donde se exponen jardines.
Ya van en su segunda edición, sabiendo su carácter bienal y su referente internacional dentro del mundo del paisajismo. Y en las dos ocasiones se han presentado más de cien proyectos en cada una, de diferentes lugares del mundo.
De una primera selección, 20 o 30 son ejecutados y exhibidos en diferentes puntos de la ciudad. De ellos, uno es el ganador y quien creará o remodelará un jardín permanente en Bilbao.
Y es precisamente de esos jardines que ya pasaron por allí, que ya fueron vistos por miles de personas que se asombraron con sus propuestas, que se ve en Medellín la exposición Urban garden: 15 reproducciones de un conjunto destacado de obras de las ediciones pasadas.
Es una exposición itinerante, que empieza por Medellín, sigue para Nueva York y luego irá a Río de Janeiro", explica Genari Magrans, de Culture Fit, entidad que coordinó traer a Medellín los jardines, de la mano de la Alcaldía de la ciudad, claro.
El recorrido es diverso, mágico, de dejar que la imaginación se confunda con las ideas verdes. Hojas de plátano, vidrios y piedras en el centro, agua, pequeñas montañas de las que salen canastas con flores, sábilas, árboles medianos, flores rechiquitas, colores, verde y una que otra sorpresa, como que, después de un tallo largo, unas mariposas de flor revolotean de allá para acá. Eso parece, solamente.
Los jardines traen a Bilbao. Un sitio natural, de juego, o como lo espera el de Alberto Negrini, de Costa Rica, Recolocando la corteza vegetal, "que sea un sitio que invite al transeúnte a entrar y a estar en contacto con la naturaleza, a tocar, observar y, por tanto, a pensar y emocionarse". A querer ser parte del verde.