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El nuevo año se inicia para Medellín con varias tareas pendientes. Para sus habitantes este debe ser el año de las ejecuciones, pero entre todas las urgencias como la de la lucha contra la pobreza, el empleo, la salud, la educación, la movilidad, es en la seguridad, donde se concentran las mayores exigencias ciudadanas a la administración municipal.
Sin embargo, es en este frente donde el Alcalde Aníbal Gaviria considera que Medellín ha avanzado más porque logró reducir su tasa de homicidios a 38 por cada 100.000 habitantes y en el último año pasó de 1.251 homicidios a 920.
Para el Alcalde, que ha convertido este tema en su principal discurso, la seguridad de la ciudad se ha consolidado en los dos últimos años, con reducciones mucho más significativas que en cualquier otra ciudad del país, en el número de homicidios: 25 por ciento en 2012 y 26,5 por ciento en 2013.
Sin desconocer que se trata de un hecho positivo, las críticas se centran en la incidencia de otros delitos que crecen de manera acelerada como el atraco, el robo a mano armada de carros y motos, la extorsión y el tráfico de drogas.
Frente a los cuestionamientos, la Administración presenta diferentes cifras para demostrar que también aquí se han obtenido logros importantes, por ejemplo en la disminución del hurto de carros.
No obstante, más allá de las percepciones, hay una realidad que evidencia que el accionar de las bandas, si bien ha disminuido en cuanto a los enfrentamientos que mantenían entre sí por el control territorial, para lucrarse de extorsiones y del microtráfico de drogas, se ha recrudecido en otros frentes, que perturban la tranquilidad y la convivencia ciudadana.
Del reconocimiento de que esta situación afecta la vida de los barrios es que nace el llamado que hacen las autoridades a la propia comunidad para que confié en las instituciones y denuncie a los delincuentes, de manera que la seguridad sea el producto de un compromiso conjunto entre los ciudadanos y los organismos del Estado.
Para el año 2014, la Alcaldía anunció la inversión de 172 mil millones en programas de seguridad, en especial para cuadruplicar el número de cuadrantes, contando con 2 mil policías más.
Como la seguridad es fruto además de estrategias integrales de desarrollo, la comunidad espera que este año sí se concreten los anuncios sobre obras que generen empleo e impacten de manera favorable en su bienestar y progreso.
En el diseño y en los anuncios oficiales están, unos más claros que otros, grandes proyectos, como el Parque del Río, el Cinturón Verde y el Jardín Circunvalar, las Unidades de Vida Articuladas (UVA), que les cambiarán el rostro a muchos barrios, y todo lo que tiene que ver con la infraestructura para mejorar la movilidad de la ciudad y acelerar la integración del sistema público de transporte.
De entrada, en el primer trimestre del año, hay dos retos que deberán marcar un hito: la presentación al Concejo del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y la realización del Foro Urbano Mundial.
La aprobación del POT será, así mismo, el mayor compromiso que tengan los concejales, por lo que se espera una gran altura en el debate para trazar la ruta de la ciudad para la próxima década, pues implicará el reordenamiento del centro de Medellín, la redensificación del área del eje del río y la recuperación de las laderas y cuencas de las quebradas.
En el Foro Urbano, tendremos que mirar qué estamos haciendo bien, y qué nos falta para desatar procesos que mejoren la calidad de vida de todos sus habitantes, pues, por fortuna, hay un buen presupuesto.
LA ADMINISTRACIÓN DEBE RECONOCER LA REALIDAD DE LO QUE PASA EN LA CIUDAD
Por FEDERICO GUTIÉRREZ
Consultor en temas de seguridad, expresidente del Concejo de Medellín.
Aunque es importante seguir mostrando las cifras de disminución de homicidios, la seguridad no se puede medir con un sólo indicador, pues son muchas cosas más. Y el tema no es solo de percepción sino que es una situación real. Yo lo que espero es que el Alcalde y sus vicealcaldes reaccionen en estos temas, pues la ciudad lo que está esperando son respuestas concretas.
La recomendación que yo haría, como ciudadano, es que reconozcan la realidad de lo que pasa en la ciudad y en cada una de sus zonas, pues mientras disminuyen los homicidios han aumentado los desplazamientos forzados, las desapariciones, la microextorsión, que se convirtió en macroextorsión, los atracos.
La Administración tiene que ponerse la mano en el corazón y entender que este es un problema de ciudad que tiene que resolver. Medellín tiene muchas herramientas para combatir el delito y tiene un gran presupuesto, por eso debe enfocarse en una estrategia de seguridad integral para garantizarles la tranquilidad a los ciudadanos.
Es evidente que hay un acuerdo de bandas, y más precisamente entre “Urabeños” y “la Oficina”, que no se puede desconocer y tampoco se puede desestimar la denuncia ciudadana, pues no es sino salir a la calle para darse cuenta que la gente está cansada y desesperada.