El desconsuelo recorre sus rostros. Es el 6 de agosto, apenas el segundo día de clases, aunque hace tres semanas se reanudaron las actividades en las escuelas de todo el departamento.
En Nechí es diferente. Esta población del Bajo Cauca, a 360 kilómetros de Medellín, vive otro ritmo. No por voluntad, sino por la negligencia y el atraso.
Los 3.250 alumnos de las cinco sedes no pudieron ni quisieron entrar a tiempo: las condiciones locativas dan grima.
Los últimos en entrar fueron los 1.300 de la sección del bachillerato, cerca a la confluencia de los ríos Nechí y Cauca.
Jaider Acosta, Deiris López, Johan Arrieta y Leiner Pinto, todos de once, le ayudan al profesor de Física, Orlando Oyola, a desempacar el laboratorio, arrumado en un cuarto con el piso empantanado, apenas secándose. A ver si lo pueden organizar.
Tampoco han podido trabajar este año en los escasos computadores.
A un lado del par de salones, en un bloque que amenaza ruina, se halla la nueva estructura de dos pisos, que debió entrar en funcionamiento hace 18 meses, según los jóvenes.
El 29 de diciembre pasado, fue preinaugurada por el gobernador saliente. Pese al retraso, no tiene lámparas, no le colocaron ventiladores y cuando llueve con viento, se inundan las aulas. Tampoco cuenta con baterías sanitarias.
Y fue por eso que Saneamiento Ambiental impidió su uso al comenzar el semestre.
La educación, en Nechí, está en emergencia. Así se levantó el piso del bloque de aulas viejas, para que no se inundara más y se recuperó una batería sanitaria: una medida desesperada, para que pudieran reanudarse las clases.
Reinaldo Páez, rector, cuenta que ese piso desaparecerá cuando se haga la segunda etapa, aunque no se sabe cuándo. "Acá todo es a paso de morrocoy".
No por vivir en un país más desarrollado, las cosas van mejor.
Zambia está en el centro de África. Su ingreso per cápita es de 1.400 dólares.
Nechí es un pequeño pueblo de Antioquia, un departamento que cabría 10 veces en aquel territorio.
El PIB per cápita en Colombia es seis veces el de Zambia: 8.670 dólares.
Aunque la comparación podría resultar artificiosa, viene al caso: hay escuelas en aquel país mucho mejores que la Institución Educativa Nechí, en una región con más recursos.
"Aprender acá es muy berraco", dice el profesor Oyola, mientras martilla en un armario vacío que los alumnos tratan de organizar.
Los exámenes del Icfes corroboran la afirmación. Nivel en 2007: Bajo.
Es que "esto acá está paupérrimo al cuadrado", remata uno de los jóvenes.