De la tierra
parte un ídolo, un genio entre los arqueros, Miguel Ángel Calero Rodríguez, un alegre "Cóndor" que seguirá con su espectáculo al lado de otras leyendas como Andrés Escobar y Herman Carepa Gaviria.
Tal vez muy temprano, a los 41 años, o quizás con el deber cumplido entre los mortales, pero muchos jugadores e hinchas no podrán olvidar su rostro y sus impresionantes atajadas que ahogaron muchos gritos de gol y llenaron de gloria los arcos y los equipos que defendió.
Enfundado con el número uno en su espalda, con una voz potente que impartía ordenes desde la retaguardia, el grandote de Ginegra, Valle del Cauca, se encargó de dejar su legado en las canchas de Colombia y México, país que lo acogió como su hijo y donde engrandeció las vitrinas del Pachuca.
Una historia plagada de títulos y de pruebas superadas tras vestir los uniformes del Sporting Barranquilla, Deportivo Cali, Atlético Nacional, Pachuca y la selección Colombia, que serán recordadas por los miles de fanáticos del balón y de una familia que ve partir a un ídolo.
Un grande
Se
inició en la Escuela Carlos Sarmiento del Deportivo Cali, al lado de sus amigos Óscar Córdoba y Faryd Mondragón, grandes arqueros junto a René Higuita.
Cali lo facilitó al desaparecido Sporting de Barranquilla, y debutó como profesional con este equipo en 1990.
Pronto
ganó el apodo de Show Calero; salía del arco como el Loco Higuita.
Brilló con Cali entre 1992 1997, y en Atlético Nacional entre 1998-2000. Contribuyó a la victoria del Cali en el torneo local de 1996 y a la del Nacional en 1999. Alcanzó con este conjunto la Copa Merconorte en 1998.
Llegó a México en el 2000 y se convirtió en leyenda con Pachuca, un equipo que logró el ascenso en 1998.
El Cóndor, como también era conocido, lo ganó todo en su paso por las canchas mexicanas al llevarse cuatro títulos locales: Invierno 2001, Apertura 2003, Clausura 2006 y Clausura 2007. Además fue cuatro veces campeón de la Concacaf y jugó un par de veces en el Mundial de Clubes y fue campeón de la Copa Suramericana en 2006 además de llevarse una Superliga en el 2007.
"Es el portero que, entre títulos nacionales e internacionales, es el más ganador de la historia y deja un gran legado para la institución", dijo el dueño del Grupo Pachuca, Jesús Martínez, durante la ceremonia de retiro de Calero.
Poco después de conseguir el título de Superliga, que es un torneo que se disputa entre equipos mexicanos y estadounidenses,
el portero enfrentó su primera crisis de salud en septiembre del 2007, cuando sufrió una trombosis venosa en el hombro izquierdo, que puso su vida en peligro. Sin embargo, fue operado y tras cumplir con un proceso de rehabilitación de seis meses regresó a las canchas.
Aunque sus capacidades estaban claramente deterioradas, Calero siguió jugando y oficialmente se retiró del fútbol en octubre del 2011 en un partido ante los Pumas de la Unam. Se convirtió en el entrenador de arqueros del equipo y a la par realizaba estudios de mercadotecnia en la Universidad del Fútbol del Grupo Pachuca.
"Cuando uno trata de construir un gran equipo se necesita del liderazgo de ciertas personas y Miguel resolvió durante muchos años esa situación para nosotros, y fue fundamental para construir este equipo; fue uno de los grandes puntales", dijo Andrés Fassi, director deportivo de Pachuca.
En total jugó 450 partidos con los Tuzos, equipo que terminó siendo el de sus amores.
"Lo poco y nada que les di lo hice con el corazón", dijo Calero en la ceremonia de su retiro. "Lo hice pensando en el corazón Tuzo, porque yo llegué Tuzo, crecí Tuzo, me voy Tuzo y seguro moriré Tuzo".
Calero fue internado de emergencia el domingo 25 de noviembre por una trombosis cerebral. Aunque inicialmente los médicos que lo atendían dijeron que su vida no corría peligro, tras ser operado un par de ocasiones se fue complicando su estado de salud hasta que el lunes 3 de diciembre se le declaró con muerte cerebral.
Este martes, Grupo Pachuca confirmó el deceso.
En México, Calero es considerado uno de los mejores porteros foráneos de la historia junto con los argentinos Miguel Marín, Ricardo La Volpe y Héctor Miguel Zelada, quienes hicieron época con Cruz Azul, Atlante y América, respectivamente.
El vallecaucano se ganó el cariño de la gente en México por su gran amabilidad. En Pachuca era una constante verlo participar en obras sociales y de ayuda a los más necesitados.
Con la selección Colombia, Calero fue campeón en la Copa América 2001 pero su rol fue de suplente de Óscar Córdoba. Además jugó en otras cinco ediciones de Copa América, incluida la de Venezuela 2007.
Estuvo presente en los Olímpicos de Barcelona 1992 y el Mundial de Francia 1998, donde también fue suplente. En total jugó 51 encuentros con el combinado nacional, el primero en junio de 1995 frente a Nigeria y el último ante Haití en febrero de 2009.
"Si volviera a nacer me llamaría Miguel Calero, sería portero y defendería los colores del Pachuca", dijo Calero en su discurso de retiro.
Calero,
nacionalizado mexicano, dejó sellos imborrables de héroe e ídolo, marcó las carreras de muchos futbolistas, entre ellas la del astro Martín Palermo.
El arquero empañó la carrera del popular exgoleador quien erró frente a él tres penales, incluido uno interceptado por Calero, en el duelo que Colombia ganó 3-0 a Argentina en la ronda inicial de Copa América en Paraguay, en 1999.
La estrella no solo atajó, también anotó goles, uno desde la mitad del campo con el Cali a Deportivo Pereira en marzo de 1995. Repitió la proeza dos años ante Independiente Medellín de media volea y logró otro de cabeza tras un tiro de esquina con Pachuca contra Jaguares de Chiapas en agosto de 2002.
Los hinchas, sus
excompañeros de conjunto y selección, entre ellos Córdoba, Mondragón, René Higuita, Faustino Asprilla, Mauricio Serna y Jorge Bermúdez se mostraron dolidos por lo que ocurrió a Calero.
"No me pidan que confirme la muerte de Miguel. Seguirá vivo en mi memoria y mi corazón", escribió el Patrón Bermúdez en su cuenta Twitter. El exzaguero hoy es comentarista de Espn.
El balompié, en particular el de Colombia y México, está de luto.
Calero vivía en Pachuca con su esposa Sandra y los hijos Miguel Ángel de 20 años y Juan José de 14.
Este martes 4 de diciembre quedará marcado en la historia del fútbol como el día en que un alegre golero, con manos de oro, dijo adiós.