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Un triste final tuvo la historia de Diana Ximena Castañeda Lozano, una joven de 20 años que desapareció el pasado 8 de septiembre luego de salir de su casa en Ansermanuevo, Valle.
El cadáver de Diana Ximena fue encontrado desmembrado y dentro de un costal en la mañana del viernes en el río Cauca, a la altura del municipio de Marsella, Risaralda.
Desde el día de su desaparición María Idalba Castañeda, madre de la joven, repetía una y otra vez que su hija estaba muerta, tras recordar que en marzo pasado fue víctima de un atentado perpetrado por dos supuestos amigos que trataron de degollarla y le robaron varias pertenencias.
Según la denuncia interpuesta por la propia víctima el pasado 14 de mayo, dos jóvenes conocidos suyos la contactaron por una red social y luego por teléfono para concertar una salida que terminó con casi un centenar de puñaladas, fueron 95 en total.
"Empezó a tocarme el pelo y en cuestión de minutos me atacaron, no me di cuenta ni a qué horas sacaron cuchillo, me atacaron. Santiago me tapó la boca y empezaron a cortarme la garganta, Camilo comenzó a chuzarme el pecho, las manos… el vientre y ya ellos pensaron que estaba muerta…", narró Ximena en esa ocasión, luego de pasar casi tres meses en recuperación.
Pese a que acudió a las autoridades, los presuntos atacantes no fueron judicializados al instante, razón por la que su progenitora mantenía en zozobra pues la joven no tuvo otra opción que regresar a la casa de su tía en Ansermanuevo, tras su recuperación.
"¿Por qué si mi hija los denunció no los capturaron ahí mismo?. Esperaron a que se la llevaran para empezar a investigar", aseguró doña María Idalba, días después de la desaparición de Ximena.
Producto de esa investigación, el pasado 25 de septiembre, el Juzgado Promiscuo de Ansermanuevo profirió medida de aseguramiento intramural en contra de Santiago, como presunto responsable de homicidio en grado de tentativa.
El joven junto a otro sujeto sería el responsable de propinarle a Diana cerca de 100 puñaladas y es uno de los principales sospechosos de la desaparición de la joven, seis meses después del atentado. El procesado no aceptó cargos el día de su judicialización, ni quiso entregar información sobre el paradero de su víctima.