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La llegada de la primera mujer al equipo del Gobierno que dialoga con las Farc atrae la atención en la próxima etapa del proceso de paz. Un enfoque de género, respuesta al reclamo de las víctimas y hasta señalamientos de estrategia electoral califican la nueva presencia en la mesa de negociación.
Sin conocerse su nombre, llegará en un momento crucial de las conversaciones, que se reanudan el 28 de noviembre con la discusión sobre el problema de cultivos ilícitos y las víctimas del conflicto armado.
La designada reemplaza al saliente presidente de la Andi, Luis Carlos Villegas, nuevo embajador de Colombia en Estados Unidos. Considerado el representante del sector empresarial en la negociación, Villegas dio pistas del papel de la nueva negociadora en La Habana.
Aseguró que mientras los dos temas ya acordados (tierras-desarrollo agrario y participación política) exigían "respuesta y voluntad del Estado para posibilitar reformas", la agenda restante implica más responsabilidad de las Farc para "resolver el narcotráfico, responderles a las víctimas y el fin del conflicto".
Desde el inicio del proceso, hace un año, defensores de derechos humanos y organizaciones de víctimas insisten en la representación de la mujer en Cuba.
Así lo reclama Teresita Gaviria, presidenta de la Asociación Madres de la Candelaria, quien enfatiza que la mayoría de la población víctima "somos las viudas de los asesinados y combatientes, madres de los desaparecidos, desplazados, afectadas por la violencia sexual. Las mujeres lideran la lucha por la verdad, la justicia y la reparación".
¿Deuda o estrategia electoral?
Otro argumento para explicar y aplaudir la llegada de una mujer a Cuba lo da Angela Robledo, presidenta del Partido Verde. " Es una promesa que el presidente Santos cumple después de un año, cuando como co-presidenta de la Comisión de Paz de la Cámara insistimos en la necesidad de un enfoque de género".
Argumenta que la visión de la mujer fue clave "en la resolución de conflictos, como se vio en Filipinas y Ruanda en la aplicación de la justicia transicional y de planes de reconciliación y la memoria histórica en etapas de posconflicto".
Pero también aparecen voces críticas en un país polarizado frente a los diálogos, sensible por la próxima contienda electoral y expectante por las señales que anticipan la decisión de Santos de aspirar a la reelección.
Marta Lucía Ramírez, exministra de Defensa y precandidata presidencial conservadora, sostiene que las mujeres "rompen posiciones machistas del conflicto y se comprometen con resultados". Pero cuestiona que "fue un clamor al inicio del proceso y ahora una estrategia electoral, que busca tocar el corazón de las mujeres para que se sientan representadas y favorecer la reelección del Presidente".
En contraste, Luis Emil Zanabria, presidente de Red Nacional de Iniciativas por la Paz, considera que si la designación de "esa persona genera rating electoral contribuye a la participación ciudadana y no es malo para la democracia".
La nueva negociadora del Gobierno igualará la cuota femenina de las Farc, representada por "Sandra Ramírez", la viuda de "Tirofijo"