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La maleta no le llegó a Silvio Fernández, y la final tuvo que verla desde la tribuna. No importa, su país, Venezuela, terminó el día como el ganador en el inicio de la esgrima de Juegos Suramericanos.
En la maleta, Silvio tenía su espada, esa que agarra de manera diferente a los demás y que no le permitió competir en el torneo de espada masculina de la esgrima, una modalidad en la que los venezolanos pretenden recortar camino al título general de los Juegos.
"Pues me dijeron que el equipaje se quedó en Panamá y allí tenía todo. Es una lástima porque venía por el oro para mi país", explicó Silvio, uno de los siete esgrimistas que estuvieron en Juegos Olímpicos con Venezuela, y que hoy están en los Suramericanos.
Los del otro lado de la frontera son potencia en este deporte. En los pasados Juegos, en 2006, los patriotas se colgaron once de los doce oros que repartió el deporte.
"Es un trabajo que ha durado varios años, con deportistas de alto nivel y que varios viven afuera. Se toma con gran seriedad la esgrima en Venezuela", explica Dauben Cupido, entrenador de florete del equipo que trajo 24 jugadores a Medellín.
Y aunque Cupido no quiere enamorarse con los oros y asegura que no podrán igualar lo que hicieron en Buenos Aires, sí arrancaron con pie derecho en el Pabellón Azul de Plaza Mayor.
En la modalidad de sable femenina, la venezolana Alejandra Benítez celebró por primera vez para su país tras vencer con marcador de 15 - 12 a la argentina Estefanía Berninsone.
En la espada masculina, en la que debería estar Silvio, ganó su compatriota Rubén Limardo, por 15-9 al argentino José Domínguez. Comenzó la cosecha patriota, hasta sin maletas.