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HISTÓRICO
Nueve jóvenes que gritan “estudiar vale la pena”
  • Nueve jóvenes que gritan "estudiar vale la pena" | Antes de la gran final de las Olimpiadas del Conocimiento, los nueve finalistas visitaron El Colombiano para compartir sus impresiones sobre esta experiencia que sin duda marcará sus vidas a través de la educación. FOTOS EMANUEL ZERBOS
    Nueve jóvenes que gritan "estudiar vale la pena" | Antes de la gran final de las Olimpiadas del Conocimiento, los nueve finalistas visitaron El Colombiano para compartir sus impresiones sobre esta experiencia que sin duda marcará sus vidas a través de la educación. FOTOS EMANUEL ZERBOS
Por: JOSÉ F. LOAIZA BRAN | Publicado

La final de una competencia concentra esta noche la atención de todo el departamento: desde todas las regiones de Antioquia, familias, compañeros de estudio y pueblos enteros apoyan a sus campeones en la gran final de las Olimpiadas del Conocimiento. Pero, aún sin que comience el evento, cada uno es ya un ganador porque cuenta con una beca que lo sitúa al comienzo de sus sueños.

Los más pilosos de los estudiantes del departamento —inteligentes, dedicados y capaces para soportar la presión de tener que responder contra el reloj— se encontrarán hoy a partir de las 8:00 de la noche en el auditorio del Inem José Félix de Restrepo. Las mujeres duplican a los hombres en esta versión del concurso: seis contra tres. Tres tienen apenas 15 años, cinco llegan a los 16 y una tiene 17. Y en medio de su juventud comienzan a soñar cómo serán sus vidas, atravesadas por la educación.

Y esos sueños que transcurren en las aulas de clase son los que el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, se ha comprometido a apoyar, con el argumento de que mientras los jóvenes sigan ese camino no hay posibilidad de pérdida.

Para el Secretario de Educación del departamento, Felipe Andrés Gil, las Olimpiadas, además de movilizar a los jóvenes por la educación, permiten identificar talentos regionales extraordinarios, diagnosticar en municipios y colegios deficiencias en matemáticas y lenguaje, y premiar a los estudiantes más destacados.

Giraldo repite final
Por segundo año consecutivo la representante del Occidente es de la Institución Educativa Luis Andrade Valderrama, de Giraldo. Aura María Úsuga Restrepo, de 16 años, sucedió a Mateo Campo Arango, algo que no parece coincidencia.

Aura, que ya fue admitida para estudiar arquitectura en la Universidad Nacional, es la hija menor de la profesora Luz Marina Restrepo. Tener a su mamá al frente del aula de clase en primaria ayudó a formar su personalidad.

"Ella me enseñó a manejar el respeto en la clase. Era más exigente conmigo", recuerda.

Con identidad clara
Una ligereza en la escritura a la hora del registro, dejó a Stiveen García Acevedo con una e que pareciera sobrar en el nombre, pero también le dejó una idea muy clara: "Mi identidad, más que un nombre, me la dan las acciones que yo tome en la vida", anota a sus 16 años.

Este estudiante de grado once del colegio La Asunción, de Copacabana quiere estudiar química farmaceutica en la Universidad de Antioquia, centro de estudios donde ya ha pasado por semilleros de química. Su carrera quiere aplicarla para avanzar en la cura de enfermedades.

Exactitud aplicada
Los sueños de Lina María Montoya se proyectan entre leyes materiales o apuntan al firmamento. Todavía no se decide entre la ingeniería física o la astronomía, en la Universidad Nacional o la Universidad de Antioquia.

Con 17 años es la mayor de las finalistas este año. Cursa grado once en el colegio María Auxiliadora, de El Santuario. Su intención es la de aplicar a través de su carrera los conceptos de las ciencias exactas.

Dedicación que abre puertas
"No voy a parar en mis estudios. Voy a continuar estudiando hasta que no pueda más", dice Juan José Peña Villa, estudiante de 16 años, de grado once en la Institución Educativa Santa Inés, de Entrerríos.

La beca que ya ganó en la competencia hizo posible para él estudiar ingeniería de procesos en la Universidad Eafit, centro de estudios que hubiera sido difícil pagar de otra manera.

Saber y sabor
Fanjhy Daniela Puerta Peña quiere estudiar gastronomía y ejercer su carrera como jefe de cocina en un crucero o chef personal de una celebridad. Así concibe los sueños y para alcanzarlos quiere poner su empeño y talento. Esta estudiante de 16 años, de grado once de la Institución Educativa San José, de Venecia, ve en la cocina el complemento ideal entre ciencia y arte.

Dos grados en uno
Aunque parezca increíble, la precocidad de Daniela Morales Castaño llegó a ser inconveniente en el salón de clases. La niña, en tercero de primaria, terminaba muy pronto las actividades y acababa resolviendo las tareas de sus compañeros, lo que terminaba por ser un problema para que todos aprendieran por igual. Fue así como la profesora Olga Arango propuso promoverla al grado siguiente.

A los 15 años, Daniela cursa grado once en la Institución Educativa Anorí. La beca del Idea en el concurso le servirá para estudiar ingeniería civil en Eafit.

Amor por el DIM
Sergio Castrillón Salazar tiene como prioridades en la vida su educación, su afición por el Deportivo Independiente Medellín y cumplir sus sueños. En lo académico le llaman la atención las matemáticas, las ciencias sociales y el seguimiento de los conflictos internacionales.

Está en décimo grado en la Institución Educativa Carlos Arturo Duque, de Puerto Nare, y durante el próximo año decidirá qué carrera elegir y en qué universidad.

Un aporte a su futuro
Para Daniela Dinney Posso Hoyos, haber ganado una beca en las olimpiadas significa asegurar por sus propios medios su educación. Planea estudiar ingeniería mecánica en la Universidad Eafit y admite que el premio fue determinante para decidirse por aspirar a matricularse en una institución privada.

Daniela tiene 16 años y está en grado once en la Institución Educativa Liceo Caucasia. Mudarse a esta localidad del Bajo Cauca este año a raíz del traslado de su padre en el trabajo, le exigió adaptarse de nuevo, pero le abrió una oportunidad que no tenía en Montería, donde residía desde los tres años.

Revancha contra lo difícil
Valentina Vergara González tiene 15 años y cursa décimo en la Institución Los Andes, de Chigorodó. Es la menor en el grupo de finalistas. Aunque todavía no se decide entre ingeniería civil, mecánica o sociología, valora la oportunidad que tiene, semejante a la que su hermana mayor debió dejar por no contar con los recursos para irse al extranjero cuando fue elegida para continuar su educación superior en Sevilla, España.

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