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HISTÓRICO
Nuquí ya mira con buenos ojos el Puerto de Tribugá
  • Un atardecer en Nuquí.
    Un atardecer en Nuquí.

  • La comunidad cambió de actitud, hacia la obra, reporta el alcalde de Nuquí.
  • Los Riscales pide respeto por derechos de negros e indígenas.
  • Sin puertos el TLC se queda en el aire, dice el consultor Carlos de Greiff.
Por
Germán Jiménez Morales
Medellín

Los 7.900 habitantes de la población chocoana de Nuquí ven con gran expectativa el proyecto de construcción del Puerto de Tribugá, una obra de 300 millones de dólares que cambiaría el ritmo de vida de una comunidad dedicada a la agricultura, la pesca y el ecoturismo.

"Aquí no hay ninguna intención de rechazo, dice el educador Nelson Hernández, quien labora en una escuela de la cabecera municipal. La gente está esperando a ver qué propuestas tira el Gobierno y hay motivación para que se abran fuentes de trabajo".

La oposición es cosa del pasado, recuerda el alcalde de la población, Dionisio Cabrera. Hasta organizaciones populares que antes rechazaban una carretera que los comunicaría con Quibdó y el puerto de Tribugá, hoy pregonan la necesidad de prepararse para que no los cojan con los brazos cruzados.

En esa tónica está el consejo comunitario Los Riscales, cuya misión es defender al pueblo negro. "Hoy la decisión sobre la carretera y el puerto es que en la medida que se tenga en cuenta el Decreto 1320, sobre consulta previa a las comunidades negras e indígenas, no hay ningún problema", reporta Aída Nelly Montaño, su representante legal.

La líder comunitaria explica que dentro de una titulación colectiva que existe en el municipio, Los Riscales poseen 31.000 hectáreas y apenas están mirando qué porción quedaría comprometida por el puerto. Los dueños son nueve comunidades que equivalen al 50 por ciento de la población de Nuquí.

Punto excepcional
Tribugá es una ensenada de Nuquí y el primero que hace más de dos décadas vio su potencial fue el ingeniero manizalita Gustavo Robledo. Armado de una piola y una piedra estableció que el lugar era apto para ubicar un puerto en aguas profundas.

Ese pasaje histórico lo cuenta el también ingeniero Carlos de Greiff, quien años más tarde hizo para el Corpes de Occidente un estudio en el que fue aún más concluyente: Tribugá es el único sitio posible para instalar un gran puerto colombiano sobre el Pacífico.

Sus razones.
Tribugá es una bahía protegida. Con el material que se excave se puede rellenar y ampliar la península que ya existe para montar las instalaciones portuarias. Sus aguas son tranquilas y eso facilita el manejo de los contenedores, a través de los cuales se mueve en el mundo el 90 por ciento de la carga. Allí entrarían barcos carboneros y petroleros hasta de 180.000 toneladas, capacidad que subiría a 250.000 toneladas ampliando el calado del puerto. Transportar carga en estos monstruos es infinitamente más barato que hacerlo en embarcaciones pequeñas.

Adicionalmente, añade de Greiff, ni en Tribugá ni al Norte desembocan ríos, lo cual implica que el puerto nunca se sedimentaría. El terminal marítimo manejaría contenedores y se complementaría con muelles especiales para productos como el petróleo, el carbón y los granos.

Con voz emocionada, el consultor afirma que de Tribugá para arriba, hasta San Diego, en California, no hay puertos de aguas profundas. Y de Tribugá hasta la Tierra de Fuego, sólo hay un puerto que están terminando en el Perú, casi en el límite con Chile.

Para de Greiff, "el nuestro tendría una gran ventaja: podría recibir grandes cargueros de Asia-Pacífico y de California para arriba. Sus fletes serían bajos por el tamaño de los cargueros y la distancia. Se descargaría y se cargaría en barcos de 40.000 o 50.000 toneladas, para repartir hacia naciones como Ecuador, Perú, Chile. El flete final para el importador chileno o peruano sería tremendamente favorable, porque los 12.000 kilómetros del Pacífico vendrían con flete de buque de 150.000 o 180.000 toneladas a Tribugá. Sería un puerto de transferencia que generaría unos ingresos fenomenales".

¿Qué ganarían los exportadores colombianos con Tribugá?, le preguntó este diario a de Greiff.
"Con el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, por allí se podrían sacar los productos colombianos que van con destino a la Costa Oeste de Estados Unidos y para el Asia-Pacífico. Los beneficios son evidentes. Los paisas, por ejemplo, mandan la carga a Cartagena, en donde entran barcos de 70.000 toneladas. Con Tribugá nos ganamos todo el Pacífico, no tendríamos que pasar el Canal de Panamá, que es costoso, amén de un flete oneroso al recorrer 12.000 kilómetros en ese tipo de embarcaciones. Si la carga se saca en barcos de 150.000 o 180.000 toneladas, por el 40 por ciento del flete llegaría a Tokio. Ese es el futuro. Si no tenemos puertos el TLC se queda en el aire".

¿Cuándo tendría que estar listo el puerto?
"Tribugá se ha debido hacer hace 50 años. En todo caso, debería estar listo en el 2010 o Colombia tendría serios problemas. Si en el 2008 el país entra a la Apec (grupo de cooperación Asia-Pacífico), ¿cómo cumpliría con las condiciones de ese bloque sin tener un puerto de aguas profundas en el Pacífico?".

¿Por qué tanto énfasis en Asia-Pacífico?
"El 38 por ciento del comercio de Chile y el 24 por ciento de Perú, se hace con los países del Asia-Pacífico. Ambas naciones tienen sus infraestructuras económicas sobre el mar. Colombia apenas efectúa el 3,5 por ciento de su comercio con estos asiáticos. Ni siquiera pertenecemos a la Apec. Somos observadores y sólo en el 2008 podríamos ingresar".

Hasta el Gobierno busca inversionistas
Luis Fernando Aristizábal*
"Un puerto de aguas profundas en el Atlántico y otro en el Pacífico le daría competitividad al país. Los lugares para construirlos están. Sin embargo, las rutas de carga en el mundo se encuentran definidas. Seis navieras manejan el 95 por ciento de la carga y son ellas las que ponen las condiciones. A ellos hay que tenerlos como socios, para que den el banderazo inicial".
Asesor del Mintransporte
Carlos Alberto Uribe

"En el Pacífico es evidente la saturación del Puerto de Buenaventura. La carga mineral tiene sobrecostos que le restan competitividad. Por ejemplo, es más barato llevar a Chile carbón de Suráfrica y de Australia que de Colombia, que está más cerca. La razón: cuesta 9 dólares el manejo portuario, cuando en Guayaquil lo hacen por 3 dólares".
Gerente Seccional de la Andi.

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