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Cielo azul desde las seis de la mañana y un sol que se hace sentir sobre las calles mojadas del último aguacero. Olor de tierra mojada. Nada qué ver con la granizada del día anterior que se descuajó sin aviso. Y sin embargo puede que se repita el chaparrón. Tal parece que por estos días en todo momento hay una nube gris bien dispuesta para ubicarse sobre Medellín y abrir su ducha fría.
Antes de las siete de la mañana, el Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá —Siata— reporta de sur a norte una temperatura de 13 grados centígrados en Caldas, 19 grados en el Centro de Medellín y 8 grados en la vereda Piedras Blancas, en Barbosa 18 grados. La probabilidad de lluvias en el transcurso del día, según el pronóstico de la entidad, es del 30 por ciento en los diez municipios de la región, baja. Pese a la magnitud, el dato técnico no despeja del todo el presagio de que en la tarde se deje caer una lluvia como las que en los últimos días han caído en sectores específicos de la ciudad.
El director del Siata, Carlos David Hoyos, explica que una de las características principales de la lluvia en nuestra región es su alta variabilidad espacial y temporal. Anualmente los municipios en los cuales se registran más lluvias son Caldas y Barbosa con acumulados de 2.500 y 2.210 milímetros. En Medellín se registran anualmente 1.415 milímetros.
Aunque el de Medellín no es el caso de la aldea de Mawsynram, en las montañas de Khasi, un sector remoto en el noreste de India, donde un informe de la BBC de Londres ubica la población con el nivel promedio de precipitaciones más alto en el planeta, donde se ha alcanzado un máximo de 2.540 centímetros de precipitación en un año, todo un récord.
Los peores aguaceros
Este mes se han reportado 23 eventos de precipitación sobre el Aburrá en registros del Siata. En particular cuatro aguaceros han sido los de mayor intensidad.
La tarde del domingo 5 de octubre llovió durante cinco horas sobre todo el Aburrá y la granizada alcanzó a cubrir las calles del barrio Medellín sin Tugurios. El acumulado fue de 58 milímetros, el mayor del mes y la mayor intensidad de lluvia fue de 180 milímetros por hora en el corregimiento Altavista. Se registraron aumentos de nivel en la quebrada Altavista hasta el 85 por ciento de la banca llena (108 cm); en La Picacha hasta 31 por ciento (110 cm) y en la quebrada Santa Elena hasta el 24 por ciento (143 cm).
El lunes 6 de octubre en la noche, en una lluvia que duró ocho horas, la mayor cantidad de agua cayó sobre el corregimiento Santa Elena (67 mm). La intensidad máxima fue de 192 mm/h en la comuna Doce de Octubre. Se registró un aumento de nivel en la quebrada La Goméz, en Robledo, hasta 94 por ciento de la banca llena (66 cm).
La tarde del viernes 10 de octubre, un evento que tuvo una duración de dos horas y media y que se concentró sobre Envigado y Sabaneta, registró los mayores acumulados en Sabaneta (41 mm) con una intensidad máxima de 86 mm/h. Aumentó el nivel de la quebrada La Presidenta hasta 110 por ciento de la banca llena (255 cm).
El más reciente aguacero cayó este miércoles, en un evento que duró ocho horas sobre el centro y el suroriente del valle. Se registraron los mayores acumulados (80 mm) e intensidades (150 mm/h) en Santa Elena. La quebrada La Presidenta aumentó en su nivel un 110 por ciento de banca llena (255 cm).
El director del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres, Carlos Alberto Gil, destaca que a pesar de las lluvias (que ubica en niveles normales) en Medellín se han presentado menos incidentes en comparación con años anteriores. Como ejemplo, señala que para esta época, iniciando la segunda temporada de lluvias en 2013 ya se habían presentado en las comunas 8 y 1, el doble de emergencias asociadas con la lluvia.
A su juicio han servido medidas de mitigación que se han tomado en zonas de riesgo con anticipación.
Pero las lluvias intensas también se dan por fuera del Valle de Aburrá. El director del Departamento Administrativo de Prevención, Atención y Recuperación de Desastres, Carlos Mario Aristizábal, recuerda que la semana pasada fuertes aguaceros se presentaron en Guarne y Tarazá. Destaca que octubre es uno de los meses más lluviosos del año.
Aunque anota que por ahora las lluvias son todavía normales, ya hay alerta naranja por deslizamientos en zonas de alta pendiente en las regiones del Oriente y el Nordeste. En alerta amarilla están las poblaciones en la cuenca de los ríos Nechí y Tarazá, por el riesgo de crecientes.
Lluvia ácida
Además de la preocupación por la intensidad de las lluvias, que son uno de los riesgos que monitorea el Siata de manera permanente ante la posibilidad de que se presenten deslizamientos y crecientes de las corrientes de agua, está el fenómeno de la lluvia ácida, cuando la humedad en el aire se combina con óxido de nitrógeno y dióxido de azufre que provienen de la industria y los vehículos, y las precipitaciones tienen ingredientes con efectos nocivos.
Carmen Elena Zapata, profesora de la Escuela de Geociencias y Medioambiente de la Facultad de Minas y directora del Laboratorio de Calidad del Aire de la Universidad Nacional, asegura que de acuerdo con las mediciones de los últimos años, los niveles de PH en la lluvia han mejorado, en comparación con los datos registrados hace seis o siete años cuando el nivel de acidez estaba entre 4,5 y 4,8 (se considera lluvia ácida cuando el PH del agua está por debajo de 5,5).
"Los valores de lluvia ácida dependen principalmente del contenido de azufre de los combustibles y en este momento los episodios que están por debajo 5,5 son muy escasos", destaca.
La investigadora atribuye en parte el hecho a una mejoría significativa en la calidad de los combustibles que ahora contienen concentraciones de azufre menores a 50 partes por millón en el caso del diésel y a 100 partes por millón en cuanto a la gasolina.