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La movilidad alternativa cada día toma más fuerza. Vehículos que tradicionalmente habían sido asociados solo a las actividades deportivas o la recreación en los días de descanso, como la bicicleta, se han convertido en un medio de transporte cotidiano para muchas personas.
Y no son solo los mensajeros, como antaño, que buscaban así, además, convertirse en futuros escarabajos. Hoy jóvenes estudiantes, universitarios y hasta profesionales la usan para gran parte de sus desplazamientos cotidianos. Y en el desarrollo de ellas, la irrupción de las bicicletas eléctricas ha potencializado su uso.
"Es la posibilidad de un desplazamiento ágil, sin ruido, y sin llegar sudando al trabajo", plantea Juan Camilo Gómez Mora, gerente de la firma Voltum, energías renovables. Esta compañía inició la representación de bicicletas Emotion, producidas por la firma española BH.
Hay que pedalear
Aclara que cuando se habla de bicicletas eléctricas, siempre el pedaleo es un ejercicio presente, de lo contrario se estaría hablando de una moto, y eso cambia el concepto y hasta se cargaría con impuestos, que no tienen aquellas.
Con la bicicleta eléctrica el término es pedaleo asistido. Y la eficiencia de ese movimiento depende del motor que instale. Ya en el mercado se encuentran opciones que son por lo general, de 250 vatios.
En el caso de esta nueva alternativa, la batería es de ion litio y de 350 o de 500 vatios, que apoya la labor de pedaleo del usuario, facilitándole especialmente enfrentar terrenos con pendientes, tan comunes en Medellín.
El usuario encuentra cuatro tipos de asistencia al pedaleo, desde la utilización de carga plena, un modo económico, otro modo deportivo, una forma estándar, y el manejo sin ninguna asistencia, especialmente en los terrenos planos.
Es la presión que se ejerce con las piernas sobre los pedales, lo que le indica al sistema eléctrico la necesidad de la fuerza que el ciclista requiere como asistencia para la ayuda en su manejo.
Su batería se encuentra integrada en el marco de la bicicleta, con lo que su apariencia no difiere en mucho de una bicicleta tradicional.
La autonomía es un factor fundamental en este tipo de vehículos. En estas, por ejemplo, se puede llegar hasta los 50 kilómetros, "que en un uso normal en ciudad, pueden representar la movilidad de una semana para una persona que se desplace de la casa al trabajo", dice Juan Camilo Gómez Mora.
La carga de las baterías de ion litio puede hacerse en un toma corriente tradicional de 110 voltios. Su vida útil, explica el gerente de Voltum, es cercana a los 1.500 ciclos. Es decir que con una periodicidad de recarga semanal, serían más de 10 años de trabajo.
Y no solo son bicicletas para el tránsito urbano cotidiano. También opciones para terrenos un poco más de aventura y disfrutar del ejercicio y el aire libre con un poco de ayuda, que nunca cae mal.