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Hace un par de años una nueva medida para la educación colombiana encendió el debate sobre cuántos estudiantes debía tener un salón de clases para poder tener una educación de calidad: el Decreto 3020 del 2002, mediante el cual el Ministerio de Educación Nacional fijó un tope de 45 alumnos por salón para bachillerato y 40 para primaria.
Desde entonces opiniones de diferentes sectores a favor y en contra se han dejado sentir. Por ejemplo, si se analiza que antes de 2010 cada profesor tenía un tope de 31 alumnos por salón, podría considerarse la medida como un retroceso en términos de personalización de la educación, pues para el docente será más complejo atender a cada estudiante.
De igual forma, el hacinamiento genera mayor distracción en los estudiantes, afectando su concentración y por ende, su rendimiento escolar.
Si se compara esta situación de Colombia frente a otros países, la norma tampoco es muy favorecedora. En Estados Unidos y Europa, por ejemplo, el promedio de estudiantes por salón es de 20.
Sin embargo, Luis Fernando Henao, magíster en educación y desarrollo y director de Innovación Educativa del Cesde, asegura que más importante que la cantidad de estudiantes, son los recursos tecnológicos y el espacio con el que se cuenta para dictar la clase pues la forma de transmitir el conocimiento ha cambiado.
Sobre la relación entre menos estudiantes y calidad de la educación, algunos expertos han llamado la atención sobre el hecho de que en las escuelas de China y Japón generalmente los salones tienen en promedio 40 alumnos por clase. Pese a ello, su rendimiento es superior a los de Estados Unidos y cualquier país europeo.
"La educación se volvió personalizada. Yo no pongo limitante al número de estudiantes porque me parece más importante el espacio. Hay que cambiar los medios y las formas. Ahora hay muchas herramientas que nos permiten llegar a los estudiantes", explicó Henao.
Incorporar las TIC
Justamente en Cesde han apostado por cambiar la metodología y están aplicando su modelo de "aulas inteligentes" en el que las clases cuentan con herramientas como los blogs, imágenes de sonidos, conexión a internet y se han vuelto más dinámicas y de mayor interacción.
Una estrategia clave en la implementación de este nuevo método ha sido la formación de sus docentes, explica el director de Innovación Educativa de esa institución, pues se les está educando para incorporar las TIC a las clases y herramientas como el video han tomado protagonismo.
"Tenemos un aula abierta donde capacitamos a los docentes para que adquieran las siguientes competencias: tecnológica, didáctica, investigativa, de gestión y una informática. Es fundamental hacer que el sistema cambie y no sea solo transmitir la información, pues esto motiva a los estudiantes", agregó Henao.
En este sentido, reconoce que el Gobierno ha dado unos primeros pasos para mejorar la educación, poniendo la infraestructura para que las instituciones educativas cuenten con mejores herramientas para las clases y propicien el trabajo en equipo y la interacción, desde aspectos tan básicos como la ubicación en el espacio, en mesas redondas para que los estudiantes queden frente a frente y no unos detrás de otros.
Mejorando las condiciones
Pese al nivel educativo que ha tenido Colombia frente a otros países, el magíster en educación y desarrollo resaltó los avances que está alcanzando el país de cara al mejoramiento de las condiciones para realizar las clases. Si bien, insiste en que el número de alumnos no es determinante cuando hay otros elementos que aportan a unas buenas condiciones.
"En otros países las clases son en auditorios y hay 30 o 40 estudiantes, pero son espacios cómodos y cada uno tiene su equipo. Sin embargo, aquí ya se puede ver en universidades como Luis Amigó, Eafit y la Universidad de Medellín, auditorios cómodos. En el caso del Cesde hay salones para 20 o para 40 estudiantes, dependiendo de la clase", finalizó.