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Los malos tratos por parte de quienes los custodian, la demora en procesos de judicialización y el hacinamiento llevaron a más de 4 mil presos venezolanos a iniciar una huelga de hambre, una drástica medida que se pone de moda en la Venezuela bolivariana como herramienta que adoptan las personas para exigir que se les escuche.
Cuando todo el mundo habla de la muerte del productor agropecuario Franklin Brito, como consecuencia precisamente de una huelga de hambre, los reclusos de tres centros penitenciarios decidieron seguir el mismo camino. Están cansados de que no les presten atención debido a que los problemas de las cárceles se volvieron cotidianos.
No hay mes que pase sin escucharse en los medios de comunicación situaciones delicadas en las cárceles. Además de las denuncias constantes de que la población penitenciaria negocia drogas y mantiene armas, también es común escuchar sobre enfrentamientos entre los internos o entre estos y los guardias y sobre los autosecuestros a familiares para solicitar que se aceleren los juicios pendientes.
En esta ocasión la huelga involucra a reclusos de las cárceles La Mínima de Carabobo (también conocida como de Tocuyito), el Centro Penitenciario de Aragua y la de Vista Hermosa, al sur del país.
Precisamente en la primera de ellas los presos se quejan de que el maltrato por parte de las autoridades se ha incrementado desde que se presentó la fuga de un delincuente considerado de alta peligrosidad la última semana.
De acuerdo al diario El Universal , los presos han sido golpeados, sus pertenencias fueron destruidas y además se les prohibieron las visitas.
Los reclusos de las otras dos cárceles se solidarizaron con los de Tocuyito y además volvieron a denunciar que se encuentran hacinados y que los procesos que les siguen avanzan muy lento, razón por la cual hay sobrepoblación no sólo en estos centros penitenciarios sino en todo el país.
Política carcelaria fracasó
El director del Observatorio Venezolano de Prisiones, Huberto Prado, aseguró que la política carcelaria del gobierno de Hugo Chávez fracasó y que en los últimos 11 años han muerto más de seis mil reos. Solo el año anterior 366 y en el primer semestre de 2010 fallecieron 221.
De acuerdo con este especialista, además del hacinamiento el sistema penitenciario en Venezuela mezcla a presos sin fijarse en perfiles y en un mismo sitio se puede conseguir a un raponero o a un asesino. Así, después de purgar una pena, el ex presidiario que sale en muchas ocasiones vuelve a delinquir porque no recibió readaptación, a pesar de que se ha anunciado varias veces que sí existe. El problema de acuerdo con Prado es que los programas se están implementando sólo en algunas cárceles nuevas.
Otro inconveniente es que en algunas regiones de Venezuela no hay penales suficientes y los jueces se ven obligados a trasladarse a sitios alejados para diligencias judiciales.
Las cifras que maneja el Observatorio son alarmantes: 80 por ciento de los presos no tiene sentencia firme, el hacinamiento es de 160 por ciento porque hay 25 mil reclusos más de la capacidad instalada para mantenerlos y esa cantidad no se tiene en cuenta dentro del presupuesto para alimentación, por ejemplo.
Desde 2008 el Gobierno creó el Consejo Superior Penitenciario para resolver de una manera dinámica todos los problemas en las cárceles. Sin embargo, estos persisten y por el contrario parece que con el paso de los días empeoran.