Un video y un trabajo investigativo de la Policía Judicial que corrobora que un tarro de 500 mililitros de ácido fluorhídrico encontrado en la escena del ataque es el mismo (los números de lote son idénticos) que uno de los recién capturados compró el 4 de abril en un negocio de La Estrella, es una de las pruebas que la Fiscalía considera contundentes para acusar a dos hombres y una mujer como coautores de la muerte de
Alejandro Correa Castaño.
Según lo que describió el ente acusador ayer en la audiencia de formulación de imputación de cargos, celebrada en Medellín, quien adquirió ese químico y quedó grabado en video de cámaras de seguridad del negocio, fue
Tomás de Jesús Vélez Laverde, de 31 años, que también habría participado en el ataque en la noche del pasado 8 de abril en el barrio La Ferrería, de La Estrella.
Además, la Fiscalía cuenta con el testimonio de un administrador de un negocio de ese lugar, que establece que
Aura Luz Vélez Benjumea, de 43 años, y
Éiber Johan Restrepo Sánchez, de 24, los otros capturados e imputados con el delito de homicidio agravado, estuvieron reunidos en ese establecimiento minutos antes de la agresión.
Allí sostuvieron una conversación sospechosa en la que ella le señaló a él la zona donde le arrojaron el ácido.
Posteriormente Aura se fue, después pasó con Alejandro y a paso seguido Eiber salió del local cogiendo una bolsa que tenía y se dirigió hacia el sector por donde ella y la víctima fatal pasaron.
Adicionalmente, aseguró el fiscal 202 seccional que esa versión se comprueba con un video obtenido del sistema de grabación de una empresa, donde se evidencia que lo narrado es real.
También hay otro testimonio de la administradora de un bar de la misma localidad, al que Tomás y Éiber habrían llegado tras cometer el acto delincuencial. Según dijo, demostraban una actitud sospechosa.
Crimen pasional
El representante de la Fiscalía General de la Nación aseguró que la investigación ha permitido establecer que Aura y Alejandro sostenían una relación sentimental, pero que el joven había empezado un noviazgo con una mujer de la misma edad de él y esto, al parecer, habría detonado la brutal agresión.
"El dolor que sintió la víctima fue tanto, que reventó una pileta para echarse agua. Además, cuando lo estaban montando a la ambulancia decía que ya no podía ver", expuso el fiscal.
A Alejandro le arrojaron el ácido aproximadamente a las 9:30 p.m. y murió casi 4 horas después, el 9 de abril en el Hospital San Vicente Fundación.
Ninguno de los imputados aceptó los cargos ante el juez 40 Penal Municipal con función de control de garantías, que decidió dictarles medida de aseguramiento en centro carcelario a todos.