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No hay región ni cultivos que se libren del fenómeno de El Niño y como por ahora no parará las medidas no deben esperar.
El fenómeno, según el Ideam, extenderá la sequía y el calor en el país hasta abril al igual que la esperada temporada de lluvias que se tomará su tiempo para llegar.
Frente a la situación no queda de otra más que ser paciente con los calurosos días, sin embargo los efectos sobre los cultivos sí se pueden mitigar si conoce cómo y en qué medida se están afectando por causa del clima.
La región cafetera no es la excepción. Se ha observado que cuando El Niño se presenta disminuyen las cantidades de lluvia esperadas.
La deficiencia hídrica, cuando es severa, puede afectar el crecimiento y desarrollo vegetativo y reproductivo de la planta, perjudicando su desarrollo foliar, de ramas y frutos.
La deficiencia de agua continua termina por reducir la producción, sin dejar de lado que el aumento de temperatura le resulta favorable a la broca.
Frente al tema el sector debe actuar. El Ministerio de Agricultura ha publicado un plan de prevención y mitigación, que quienes se dedican a las tareas del campo deben conocer.
Por otra parte, en su estudio Variabilidad climática en la zona cafetera colombiana asociada al evento de El Niño y su efecto en la caficultura, los investigadores Álvaro Jaramillo y Jaime Arcila, entregan algunas de las siguientes recomendaciones (ver también en recuadro).
"La primera acción que deben emprender los caficultores es el aprovechamiento del agua lluvia para su uso doméstico, colectando y almacenando la que llega a los techos de las construcciones de la finca", dice el documento publicado por Cenicafé.
Ambas publicaciones coinciden en alertar la no siembra de café durante el evento de El Niño.
En los germinadores y almácigos planificados para sembrar a comienzos de año, se recomienda utilizar sombrío para disminuir la radiación solar y de ser necesario aplicar riego.
Para cultivos que estén en el primer año, considerado como fase crítica, se recomienda adelantar labores de zoqueo y aprovechar el material del desrame para utilizarlo como cobertura del suelo, pues ayudará a conservar su humedad.
Factores como la cobertura vegetal, la textura del suelo y el contenido de materia orgánica influyen en la dinámica en el suelo y, por consiguiente, en la atenuación o aumento de los efectos.
Así mismo la fertilización se debe realizar cuando se regularicen las lluvias.
En el caso de la broca para evitar a tiempo un incremento inusitado de los niveles de infestación se debe hacer una revisión periódica de los cultivos.
No son pocos los cultivos sobre los que las condiciones climáticas han repercutido en forma negativa. Como sigue, actúe antes de que sea tarde.