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La angustia y la desesperación deben estar espantando sin cesar por los pasillos de la Casa de Nariño a los confundidos miembros de la campaña reeleccionista que no saben qué más mentiras, escándalos e insultos inventar para detener el hundimiento del barco santista que hace agua aceleradamente, aunque algunos, siguiendo el ejemplo de su jefe, maestro y líder en las artes de la traición, se voltearán a último momento. ROI (Return on Investment) Barrera, Benedetti y Silva, que parecen la versión colombiana de los "Hermanos Gaona", famosos trapecistas y expertos en volteretas triples, deben estar buscando en el cuarto de sanalejo, camisetas viejas con la foto de Uribe para ponerse mientras se declaran los uribistas auténticos que estaban infiltrados en la campaña de Santos, pero que su pecho estuvo tatuado con una "Z" desde que nacieron.
Pero no deben ser menores las angustias de los cabecillas del cartel narcotraficante de las Farc que ahora engorda en la isla cárcel más grande del mundo, abrazados con los tiranos Fidel y Raúl. ¿Y ahora qué harán sin presidente alcahuete? ¿Qué van a hacer estos delincuentes convertidos en actores políticos por el presidente Santos, su secuestrado más importante, para jubilarse en paz, escoltados por las fuerzas militares a quienes mataron y mutilaron durante 50 años, con sueldo pagado por los colombianos que secuestraron y extorsionaron 50 años, y convertidos en congresistas, escribiendo la ley, la que violaron durante 50 años?
Para no ver perder las elecciones a su mejor peón ¿a cuántos pueblos más van a tener que amenazar, como ya está sucediendo en el sur del país, si en esos pueblos no gana su candidato? ¿Cuántos niños bomba, como el de la semana anterior, van hacer volar para "concientizar" a los votantes de que el candidato que no hizo nada y quiere hacer más de lo mismo, tiene que ser el vencedor?
¿Cómo les van a decir a la guerrillerada, que sigue siendo devorada por los zancudos en la selva y come cada vez que el ejército se descuida, que ya no van a ser los nuevos terratenientes y autoridades públicas de las Zonas de Reserva Campesina, que iban a ser el pago a sus esfuerzos de años? ¿Cómo explicarles a los guerrilleros de bota de caucho, y no de zapato para catamarán caribeño, que tendrán que seguir pudriéndose en la manigua, mientras ellos volverán tranquilos a sus mansiones y fincas en Venezuela, que era y seguirá siendo su hogar?
¿Cuántas falsas treguas van a proponer en estos días para verse conciliadores y cuántos repentinos acuerdos se van a dar en los falsos avances en la negociación, que ahora mágicamente, luego de meses y meses de mentiras camufladas por el gobierno como "acuerdos parciales", ahora coincidencialmente todo estará definiéndose en los días entre las dos vueltas electorales?
Y mientras eso pasa, los medios de comunicación enmermelados serán la plataforma para que las babas venenosas de "caracol" y los ladridos agudos del expresidente Gaviria, más patético, histérico y desesperado que nunca, intenten enlodar a quien sin maquinaria, ni millones de dólares, ni promesas de aumentar los períodos de los alcaldes y gobernadores, los puede derrotar.