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El 30 de octubre los antioqueños eligieron a sus autoridades locales, luego de una contienda tensionante marcada por la campaña sucia.
Rumores sobre apoyos de ilegales a las campañas, denuncias, correos electrónicos tendenciosos y toda serie de estrategias para desprestigiar al contendor, se vieron en esta campaña electoral en Medellín, lo que ensombreció y polarizó el proceso democrático en la ciudad.
Finalmente y después de una ajetreada campaña, el exgobernador de Antioquia y candidato liberal Aníbal Gaviria Correa, logró la Alcaldía de Medellín con 238.970 votos sobre su mayor contendor Luis Pérez Gutiérrez, que alcanzó una votación de 221.708 sufragios.
Una de las consecuencias que dejó la agresiva campaña electoral de la ciudad fue el llamado a juicio por parte de la Procuraduría al actual alcalde, Alonso Salazar Jaramillo, por supuesta incursión en política, debido a las denuncias públicas que realizó sobre apoyos de ilegales a una de las campañas políticas.
En Antioquia, la elección de candidatos a la Gobernación fue el momento más polémico.
Aunque hasta el final los conservadores se dividían entre elegir a su candidato por consenso o por consulta, finalmente la segunda opción fue la adoptada, que dejó como candidato de la colectividad a Álvaro Vásquez Osorio, quien a pesar de haber sido respaldado por un amplio sector del conservatismo, no logró el apoyo de una importante facción de este partido.
Por su parte, los candidatos elegidos por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, como sus ahijados políticos en la región, Carlos Mario Estrada, a la Gobernación de Antioquia y Federico Gutiérrez Zuluaga, a la Alcaldía de Medellín, no alcanzaron los cargos, aunque no hubo sombra alguna sobre su impecable carrera política y prometedor futuro.
El gran ganador fue Sergio Fajardo Valderrama quien, a pesar de afrontar una dura crisis dentro del recién creado Partido Verde, conquistó a los antioqueños y es hoy el Gobernador electo del departamento.